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Japón: la original respuesta del primer ministro a China

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, protagonizó una original respuesta a la China tras las restricciones sobre la comida de mar japonesa por el vertido de las aguas de Fukushima: se mostró en un video comiendo pescado de la accidentada central nuclear.

Un video -transmitido por el gobierno japonés en las redes sociales- muestra al líder junto con tres de sus ministros degustando lenguado, cerdo, arroz, verduras y frutas provenientes de la región de Fukushima.

 

“Es muy bueno”, afirma Kishida frente a la cámara después un bocado de sashimi, llamando a consumir estos productos del mar japoneses “seguros y deliciosos”.

La semana pasada, Japón comenzó a verter en el océano Pacífico el agua procedente de los reactores dañados de la central nuclear de Fukushima-Daiichi, en el noreste de Japón, por el tsunami de 2011.

Muchos miembros de la industria pesquera japonesa expresan desde hace tiempo su preocupación por el impacto de esta decisión en la reputación de los mariscos del país.

La semana pasada, China suspendió todas las importaciones de productos del mar del Japón en respuesta a esta operación, validada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y que, según Tokio, no implica riesgo alguno para el medio ambiente y la salud humana.

En China, individuos lanzaron huevos y ladrillos contra la embajada japonesa en Pekín y contra varias escuelas niponas, y Tokio llamó a sus ciudadanos a abstenerse de hablar fuerte en japonés en el gigante asiático. Las empresas japonesas también han sufrido una ola de acoso telefónico procedente de números chinos.

Kishida tiene previsto viajar a Toyosu, el principal mercado de pescado del país en Tokio, para reunirse con los actores de este sector y degustar de nuevo productos de Fukushima.

Japón pidió a China, su principal mercado de exportación de productos del mar, que levante su prohibición, amenazando con presentar una denuncia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

El director del OIEA, el argentino Rafael Grossi, repitió el martes que el agua de la central nuclear de Fukushima es segura.

Fuente: La Nación