Lejos quedó esa imagen de que los talibanes eran combatientes harapientos que luchaban armados apenas con rifles kalashnikov y jeeps adaptados como tanques de guerra, ya que desde la caída de Kabul, el pasado 15 de agosto, el Talibán se muestra al mundo con las armas vanguardistas de fabricación estadounidense.
Algunos aparecen vestidos con trajes de combate en publicaciones de redes sociales y es casi imposible diferenciarlos de otros soldados de las fuerzas especiales que hay repartidas por el mundo.
La imagen de soldados con barba larga, una característica emblemática de los talibanes, el atuendo tradicional y armas oxidadas forman parte del pasado.
Todo el equipamiento y las armas que hoy ostentan antes estaban en poder de las tropas de la Fuerza de Seguridad y Defensa Nacional Afgana (ANDS, por sus siglas en inglés), quienes se rindieron cuando los talibanes avanzaron hacia Kabul, tras 20 años de insurgencia y, luego de la retirada del ejército estadounidense.
Un video publicado recientemente en redes sociales muestra a un militante talibán manejando uno de los íconos armamentistas de Estados Unidos: un poderoso helicóptero Black Hawk, apostado en el aeropuerto de la ciudad afgana de Kandahar.
La Fuerza Aérea Afgana operaba con 167 aeronaves, incluyendo aviones y helicópteros con capacidad de ataque, de acuerdo con datos de finales de junio de la oficina del Inspector General para la Reconstrucción de Afganistán (Sigar, por sus siglas en inglés). No obstante, no se sabe si todo ese poderío armamentista hoy está en manos de los talibanes.
Si está confirmado que tienen en su poder, tanto en territorio propio como ajeno, gran cantidad de helicópteros MI-17, Black Hawk, A-29 y C-208, de acuerdo a diversas fuentes internacionales.
El Talibán también se apoderó de las otras nueve bases aéreas, incluyendo aquellas que estaban ubicadas en Herat, Khost, Kunduz y Mazar, pero tampoco queda claro de cuántas aeronaves estamos hablando, debido a que no hay imágenes satelitales disponibles de esos aeropuertos.
Sin embargo, distintas fuentes estadounidenses relativizan ese poderío, ya que, si bien admiten que es fácil apoderarse de esas aeronaves, también consideran que es complicado operarlas y mantenerlas. No así el armamento terrestre, que hoy manejan los insurgentes.
Los expertos coinciden en que los talibanes tienen experiencia en el manejo de armas sofisticadas, rifles y vehículos. Entre 2003 y 2016, Estados Unidos suministró a Afganistán una enorme cantidad de material militar para las fuerzas locales: 358.530 rifles de diferente tipo, más de 64.000 ametralladoras, 25.327 lanzagranadas y 22.174 camionetas de combate (conocidas como Humvees), de acuerdo con el reporte del propio gobierno estadounidense.
Hoy parte de ese armamento están en manos del grupo Talibán, paradójicamente proveniente de Estados Unidos. Una señal de alarma para el mundo.