Kamala Harris y Donald Trump protagonizaron un acalorado debate sobre temas cruciales como la economía, el aborto y la inmigración, asuntos que preocupan especialmente al votante indeciso. Durante los noventa minutos de intercambio, la vicepresidenta demócrata y el expresidente republicano expusieron sus propuestas con firmeza, buscando influir en la agenda electoral a 55 días de los comicios del 5 de noviembre.
El enfrentamiento no solo se centró en temas económicos, sino que también abordó la inmigración, la guerra en Ucrania, el conflicto en Medio Oriente, y la vigencia de la constitución estadounidense. Harris, en su intervención, criticó indirectamente la gestión de Joseph Biden y presentó un conjunto de medidas económicas que contrastaban con las del actual gobierno. Trump, por su parte, responsabilizó a la administración demócrata por la alta inflación y el desempleo, reafirmando su postura de imponer aranceles a las importaciones chinas.
Un momento álgido del debate se dio al tratar la inmigración indocumentada, donde Trump hizo afirmaciones controversiales, mientras Harris se mantuvo en silencio, sin proponer soluciones concretas para la crisis. En cuanto al tema del aborto, ambos candidatos mostraron posturas opuestas, con Harris defendiendo el derecho al aborto y Trump criticando las políticas de su adversaria.
La segunda parte del debate se enfocó en la política internacional, donde los candidatos discutieron sobre las guerras en Ucrania e Israel. Harris fue crítica con la postura de Trump hacia Rusia y Putin, afirmando que, bajo su mando, la situación en Ucrania habría sido mucho peor.
En resumen, el debate reflejó las profundas diferencias entre ambos candidatos, no solo en política interna, sino también en su visión del escenario internacional, dejando en manos de los votantes indecisos la decisión final.
Fuente: Infobae