«El presidente está enfrentando una situación complicada. Dada la coyuntura actual y las informaciones sobre su estado de salud, pedimos restringir las visitas y reiteramos nuestro agradecimiento por la preocupación hacia él», declaró Aguinaga ante los medios congregados en la puerta del domicilio de Fujimori.
Posteriormente, la Presidencia de Perú manifestó en la plataforma X su inquietud respecto a la salud del exmandatario (1990-2000). «Desde la presidencia de la República, expresamos nuestra preocupación por el estado de salud del expresidente Alberto Fujimori y deseamos su pronta recuperación. Enviamos a su familia nuestra solidaridad y apoyo», señalaba el comunicado.
Fujimori, que cumplió 86 años el pasado 28 de julio, fue liberado en diciembre tras cumplir parte de su condena de 25 años en una prisión de Lima por crímenes de lesa humanidad. Esto se dio gracias a la restitución de un indulto humanitario otorgado en 2017 por el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), a pesar de las objeciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El exmandatario fue visto públicamente por última vez la semana pasada al salir de una clínica donde recibió atención médica. En julio, fue sometido a una exitosa operación de cadera, tras haber sido ingresado en cuidados intensivos por una caída en su residencia. Además, dos meses antes, los médicos le diagnosticaron un nuevo tumor maligno, por lo que anunció el inicio de un tratamiento, acompañado de un video donde prometía dar «una nueva batalla» contra el cáncer.
A pesar de su delicado estado de salud, su hija, Keiko Fujimori, informó que su padre mantiene la intención de postularse nuevamente a la presidencia en las elecciones previstas para 2026.
Fuente: DW