El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, amenazó con lanzar acciones contra el Supremo Tribunal Federal, al que acusó de ejercer prisiones políticas contra ultraderechistas sospechados de articular un golpe militar, durante un discurso ante miles de personas en Brasilia
«El que actúe fuera de la ley que se encuadre o se prepare para irse», aseveró Bolsonaro en el marco de la conmemoración del 199° aniversario de la declaración de la independencia de Brasil y en medio de tensiones sociales, políticas y protestas a favor y en contra de él.
«No podemos aceptar más prisiones políticas en nuestro Brasil. O el jefe de ese poder (la Corte) encuadra a los suyos o ese poder puede sufrir aquello que nosotros no queremos», afirmó el mandatario ante sus seguidores, sin especificar exactamente las supuestas represalias, pero en clara referencia al magistrado Alexandre de Moraes, encargado de los procesos de violación contra la democracia.
Bolsonaro, que buscará la reelección en el 2022, sostuvo: «No queremos pelear con ningún poder, pero no podemos admitir que una persona turbe nuestra democracia y ponga en riesgo nuestra libertad», reiteró.
El presidente sobrevoló en helicóptero, acompañado de algunos ministros, la región donde se concentraron miles de manifestantes en Brasilia, y posteriormente se desplazó en coche por la Explanada de los Ministerios, avenida donde se concentran las sedes de los tres poderes.
Los participantes, vestidos con camisas y banderas verdes y amarilla, los colores de Brasil, sostenían pancartas en las que pedían, entre otros asuntos, la destitución de los magistrados del Supremo e incluso una intervención militar.
El ataque a las instituciones, con las que Bolsonaro se enfrentó en los últimos meses, fue una de las banderas de las manifestaciones, la cuales fueron convocadas por el propio mandatario en defensa de la «libertad y los valores conservadores».
La marcha de Brasilia, una de las más multitudinarias de los últimos tiempos, contó con algunos momentos de tensión luego de un grupo de manifestantes intentó traspasar una barrera policial, lo que obligó a los agentes a lanzar bombas de gas lacrimógeno para dispersar el grupo.
Bolsonaro más tarde se desplazó a San Pablo, donde se llevó a cabo otra de las protestas multitudinarias por el mismo tema.
Las protestas de este martes se producen en medio de las crecientes tensiones políticas y sociales en Brasil, agudizadas ahora por la desconfianza sembrada por Bolsonaro en el sistema electrónico de votación que Brasil adoptó en 1996, que desde entonces no fue objeto de una sola denuncia de fraude, pero que según el mandatario propicia las trampas.
Todo esto coincide, además, con la caída de la aprobación del mandatario, que llega hoy a un escaso 25 por ciento de los brasileños, acentuada por la crisis económica y sanitaria que castiga al país.