El secretario general de la ONU, António Guterres, inauguró hoy la Asamblea General de la organización con un discurso tajante y, con un tono dramático, advirtió que el mundo está «al borde de un abismo» por múltiples crisis y aseguró que con la pandemia la humanidad aprobó «la prueba de ciencia» con la aprobación de vacunas antiCovid en tiempo récord, pero se desaprobó «ética» por la creciente desigualdad global.
«Estoy aquí para encender la alarma, el mundo debe despertarse. Estamos al borde de un abismo y debemos detenernos. Pasamos la prueba de ciencia, pero sacamos una F en ética», aseveró Guterres en la transmisión oficial de la ONU.
El titular de la organización aprovechó su discurso inaugural para denunciar las múltiples crisis que enfrenta el mundo, muchas de ellas profundizadas por la pandemia de coronavirus que estalló en China a fines de 2019 y luego se expandió rápidamente por todo el planeta en los primeros meses de 2020: desigualdad económica, de género y en la distribución de las vacunas, «una vuelta de los golpes de Estados» y los efectos del cambio climático.
Guterres destacó que no es posible que «millonarios vayan al espacio mientras millones pasan hambre en el mundo» y describió esta asimetría también con las vacunas -«más del 90% de los africanos están esperando la primera dosis»- y el efecto que tendrá en la desigualdad económica global: «Los países ricos podrían llegar a una recuperación económica de niveles pre pandémicos antes de fin de año, pero los países pobres podrían sufrir los efectos negativos de la pandemia por años».
«La solidaridad está desaparecida en acción cuando la necesitamos más», sentenció el secretario general y veterano diplomático portugués y pidió medidas no solo a nivel internacional, sino también a nivel nacional.
«Los países nunca deberían elegir entre servir a sus deudas y servir a su pueblo», aseguró y pidió a los Gobiernos que impulsen reformas tributarias para combatir la evasión fiscal y ayudar a una mejor y más rápida transición a economías verdes y sustentables que eviten un calentamiento global del que no se pueda volver atrás.
Habló de «una emergencia planetaria» y pidió centrar las políticas ambientales en tres ejes: mitigación, financiamiento y adaptación. «No esperen que otros den el primer paso, hagan su parte», arengó.
A nivel internacional también llamó a cerrar la brecha de desigualdad económica y, principalmente, de confianza «entre el Norte y el Sur».
«El quiebre de la confianza está desembocando en un quiebre de los valores», aseguró y puso el acento en lo que dijo es una de sus principales preocupaciones: «Los golpes de Estado están de vuelta y la división internacional no ayuda. Una sensación de impunidad está tomando fuerza.»
Guterres hizo hincapié en que «la desconfianza y la desinformación» está polarizando a las personas y los Gobiernos en la comunidad internacional, y advirtió que si se profundiza ese camino «el mundo será mucho menos predecible que la Guerra Fría».
«Necesitamos diálogo y entendimiento, necesitamos una nueva agenda integral de paz», pidió el secretario general ante decenas de líderes de países miembro de la ONU, que por primera vez desde la explosión de la pandemia volvieron a la sede en Nueva York para la inauguración de la 76 Asamblea General.