Al menos unas 4.000 personas protestaron ayer en las calles de El Salvador y pidieron la renuncia del presidente Nayib Bukele por sus políticas de gobierno, entre ellas dar curso legal al bitcoin, que, según los manifestantes, ponen en peligro la democracia en el país.
Las personas marcharon por calles y avenidas de la capital para rechazar el bitcoin como moneda de curso legal, la remoción de un tercio de los jueces y magistrados del órgano judicial, y un fallo de la corte que abre las puertas a la reelección presidencial inmediata, que fue criticada por Estados Unidos.
Portando pancartas, banderas y carteles, los salvadoreños gritaron consignas como «Bukele, ladrón, exigimos tu dimisión» o «¿Qué quiere El Salvador?, sacar al dictador», al tiempo que también exigieron el respeto a la independencia de poderes.
Cerca de la principal plaza de la capital, los manifestantes prendieron fuego a un muñeco con la imagen y apariencia del presidente de 40 años.
«Estamos perdiendo los derechos totalmente porque hoy no respetan las leyes, aquí se hace la voluntad de Nayib. Si él levanta la mano, todos los diputados lo aprueban y no hay ninguna ley y ni un proceso legal que se respete», afirmó Rosa Granados, una sindicalista que participó en la marcha.
Por su parte, Bukele descalificó la protesta y la cantidad de personas que asistieron a la convocatoria promovida en redes sociales con la etiqueta #El17Marchamos.
«La marcha es un fracaso y lo saben. Ahora solo les quedará publicar fotos desde abajo, con tomas cerradas y tratar de sorprender a la comunidad internacional. Aquí ya nadie les cree», escribió el presidente en Twitter.
En la manifestación participaron campesinos, feministas, población LGBTI, indígenas, ambientalistas, jueces y magistrados, así como políticos de oposición.