El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó que no se embarcará en «aventuras» de política económica, ratificó a Paulo Guedes al frente del Ministerio de Economía y confirmó el proyecto que elimina el techo del gasto público y los planes de austeridad para ampliar la ayuda social a 17 millones de familias en 2022, año en el que se juega la reelección.
«Esta ayuda que defendemos tiene responsabilidad, no haremos ninguna aventura, no queremos poner nada en riesgo de la economía», sostuvo Bolsonaro en una conferencia de prensa conjunta con Guedes.
Bolsonaro ratificó dos veces el viernes a su superministro de Economía, en el marco de la sorpresiva modificación de la interpretación de la norma constitucional llamada techo del gasto público, con el objetivo de crear un plan social extra de 12 meses para las familias más pobres.
El mandatario fue al Ministerio de Economía para reunirse con Guedes y rearmar el equipo económico luego de la renuncia de los secretarios del Presupuesto y Tesoro, con sus secretarios adjuntos, y del Tesoro Nacional.
«Guedes sigue en el Gobierno y el Gobierno sigue con su política de reformas que están tramitando en el Congreso Nacional», señaló el presidente brasileño.
Todo esto generó que el referencial bursátil Bovespa perdiera más de un 4% y el real se debilitara más de un 1% frente al dólar durante la jornada, un día después de la renuncia de cuatro funcionarios luego de que el Gobierno anunciara planes para aumentar el gasto antes de las elecciones del próximo año.
En tal sentido, Bolsonaro también desafió a los agentes del mercado financiero que lo abandonaron y afirmó que «no pueden ponerse nerviositos» porque «si explotan la economía ustedes también van a explotar», durante su programa semanal por Facebook.
El mandatario culpó, además, a las cuarentenas decretadas por gobernadores e intendentes para combatir a la pandemia de coronavirus como los culpables de la situación de inflación en el país.
«De todos modos Brasil es uno de los países que menos está sufriendo actualmente», aseguró.
El Gobierno de Bolsonaro decidió cambiar su política fiscal e impulsar una enmienda constitucional para modificar el mecanismo llamado techo del gasto público, que congela los presupuestos desde 2016, una medida defendida por el ala neoliberal del Ejecutivo.
El objetivo, según el presidente, es poder cubrir en su último año el costo de los programas sociales que pretende implementar en el marco de la crisis social con aumento de tarifas, combustibles y alimentos.
La comisión de presupuesto de Diputados aprobó la enmienda constitucional para hacer un nuevo cálculo del techo del gasto y así darle un marco de legalidad al aumento del déficit fiscal.
El Gobierno hacía campaña contra la oposición diciendo que si llegaba al poder el Partido de los Trabajadores del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva este techo fiscal que rige hasta 2036 iba a ser eliminado para aumentar la capacidad de endeudamiento en moneda local.