Los astronautas de la NASA Shane Kimbrough y Megan McArthur, el japonés Akihiko Hoshide y el francés Thomas Pesquet retornaron a la Tierra en una cápsula de SpaceX, la empresa estadounidense del magnate sudafricano Elon Musk, tras una misión de 200 días en la Estación Espacial Internacional.
En la retransmisión en directo difundida por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) se pudo ver a la cápsula Dragon ingresar a la Tierra y hacer su descenso con cuatro enormes paracaídas desplegados hasta quedar en el agua en el golfo de México frente a la costa de Pensacola, Florida.
«Los astronautas de Crew-2 y Dragon (la cápsula) pasaron 199 días en órbita, la primera aeronave de Estados Unidos en alcanzar este hito», publicaron en la cuenta de Twitter de la compañía de Musk.
«En nombre de SpaceX, bienvenidos a casa en el planeta Tierra”, envió por radio el Control de Misión desde el sur de California.
Los botes de recuperación se movilizaron rápidamente con reflectores y en una hora, los cuatro astronautas estaban fuera de la cápsula, intercambiando puños con el equipo en la nave de recuperación.
Su vuelta a casa -apenas ocho horas después de salir de la estación espacial- dejó preparado el terreno para que SpaceX lance -posiblemente mañana- a cuatro astronautas de reemplazo.
«Sensación agridulce irse de la Estación Espacial. Un lugar mágico en el cielo que otorga superpoderes como flotar y ver Europa-África de un vistazo. Gracias las personas que la construyeron, para beneficio de todos. Me da la esperanza de que los humanos podamos lograr cualquier cosa, con buenas intenciones, cuando queremos.”, tuiteó Pesquet junto con imágenes de la Estación Espacial iluminada frente a la oscuridad del espacio y la Tierra.
Desde la estación espacial, el astronauta de la NASA Mark Vande Hei se despidió de cada uno de sus amigos que se iban y le dijo a McArthur: «Extrañaré escuchar tu risa en los módulos adyacentes».
Sin embargo, el viaje de regreso no fue tan cómodo. El inodoro de su cápsula estaba roto, por lo que los astronautas tenían que depender de los pañales para el viaje de ocho horas a casa.
Pero ese no fue el único problema. El primero surgió poco después de su despegue en abril; el Control de Misión advirtió que un trozo de basura espacial amenazaba con colisionar con su cápsula, pero resultó ser una falsa alarma.
Luego, en julio, los propulsores de un laboratorio ruso recién llegado se encendieron inadvertidamente y pusieron la estación en un giro. Los cuatro astronautas se refugiaron en su cápsula SpaceX acoplada, listos para emprender una partida apresurada por si hubiese sido necesario.
Entre los hitos de la misión: cuatro caminatas espaciales para mejorar la energía solar de la estación, una visita de rodaje de un equipo de filmación ruso y la primera cosecha espacial de pimientos chile.
La próxima tripulación también pasará seis meses allí, dando la bienvenida a grupos de turistas consecutivos. Un magnate japonés y su asistente personal recibirán un pasaje de la Agencia Espacial Rusa en diciembre, seguidos de tres empresarios que llegarán a través de SpaceX en febrero. El primer vuelo fletado de forma privada de SpaceX, en septiembre, pasó por alto la estación espacial.
Por último, el astronauta alemán Matthias Maurer, que aguarda a despegar en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, tuiteó que era una lástima que las dos tripulaciones no hubieran podido reunirse en la estación espacial. La suya será la cuarta tripulación de SpaceX en volar para la NASA en solo un año y medio.