Steve Bannon prometió enfrentar al «régimen» del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al presentarse ante la jueza Robin Meriweather para ser notificado de los cargos de desacato por haber incumplido con una citación de una comisión del Congreso que investiga el asalto al Capitolio de este año por partidarios de su anterior jefe y exmandatario Donald Trump.
Bannon, de 67 años, se entregó más temprano al FBI en Washington y quedó detenido, luego de que el viernes pasado fuera procesado por dos cargos de desacato, uno por negarse a comparecer ante la comisión y el otro por negarse a proporcionar documentos sobre el asalto al Capitolio de enero pasado.
El conocido estratega político no se declaró ni culpable ni inocente ante el tribunal de la capital de Estados Unidos.
La jueza Meriweather lo liberó sin pago de fianza, pero le ordenó presentarse semanalmente ante el tribunal y entregar su pasaporte.
Bannon, exasesor del republicano Trump (2017-2021), se negó a testificar ante el Comité Selecto de la Cámara de Representantes de Estados Unidos sobre el ataque del 6 de enero al Capitolio -sede del Poder Legislativo- después de ser citado, lo que llevó a la presentación de cargos por desacato en su contra.
Aquel día, miles de seguidores de Trump se reunieron en Washington, invadieron el Capitolio y provocaron la suspensión del procedimiento de verificación del triunfo del demócrata Biden en las elecciones de noviembre de 2020.
Horas antes, en un discurso desde un podio levantado fuera de la Casa Blanca, Trump los había instado a manifestarse y había insistido en su denuncia sin pruebas de que su derrota ante Biden había sido un «fraude electoral».
Bannon adelantó que pasará «a la ofensiva» contra el fiscal general, la presidenta de la Cámara de Representantes y el presidente de Estados Unidos.
«Este será un delito menor del infierno para Merrick Garland, Nancy Pelosi y Joe Biden», advirtió.
Si es declarado culpable de los dos cargos que se le imputan, el también ex banquero de inversiones, que cultivó estrechas relaciones con líderes y movimientos de extrema derecha de todo el mundo, desde el presidente brasileño Jair Bolsonaro y la política francesa Marine Le Pen, podría enfrentar hasta dos años de prisión.