El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador entregará más de 2.500 permisos de visitantes por razones humanitarias y, de esa manera, desactivó una caravana de migrantes que caminaban desde el sur de México en un intento por llegar a Estados Unidos.
«Los vamos a trasladar a 10 estados del país (…) les hemos ofertado además de la tarjeta que pondrán renovar, alojamiento en albergues y alternativas de empleo, entre otros», sostuvo Héctor Martínez Castuera, directivo del Instituto Nacional de Migración (INM), quien se presentó en la localidad de Mapastepec, en Chiapas, y les comunicó a los miembros de la caravana la decisión del Gobierno.
Tras alcanzar el acuerdo, el INM instaló mesas para recibir las solicitudes de los migrantes, que por la tarde empezaron a ser traslados en una decena de autobuses a estados del centro, sur y oeste del país.
No obstante, otra caravana de unos 600 migrantes que partió hace un mes desde Chiapas se encontraba en el estado de Veracruz.
El flujo de migrantes sin papeles, que huyen de la violencia y la pobreza, se multiplicó tras la llegada a la presidencia de Estados Unidos del demócrata, Joe Biden, quien prometió analizar sus casos.
Más de 190.000 migrantes fueron detectados por las autoridades mexicanas entre enero y septiembre, tres veces más que en 2020. Y unos 74.300 fueron deportados.