La industria automotriz de México, al igual que la de otros países del mundo, sufrió la escaseza global de semiconductores y esto derivó en cierres temporales de fábricas, que se convirtieron en despidos, en algunos casos, en reducción de salarios, en otros, y también en pérdida de licencias.
Es que las automotrices mexicanas se vieron obligadas a recortar la producción, reducir turnos y horas de trabajo e incluso a eliminar empleos por la disrupción en la cadena de suministro.
Cuitláhuac Pérez, director general de la firma de autopartes Maindsteel, con sede en Aguascalientes, y director de uno de los clústeres automotrices de la entidad, que promueve la industria, reconoció que su empresa y otros proveedores de la zona «suspendieron las operaciones en un promedio de siete a ocho días por mes, ya que los fabricantes de automóviles y otras compañías de repuestos de más arriba en la cadena de proveeduría detuvieron la producción».
La producción de automóviles cayó un 20%, a 3 millones de unidades el año pasado, y se prevé que caerá hasta otro 5% en 2021, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Los semiconductores son un componente indispensable para los fabricantes de automóviles del mundo, ya que los necesitan para una amplia variedad de sistemas en el vehículo, como seguridad, navegación y entretenimiento.
Los brotes de coronavirus en centros fabricantes de semiconductores de Asia ralentizaron su producción. Y las consecuencias se expandieron por todo el mundo. Por ejemplo, en México, las multinacionales afectadas incluyen a Nissan Motor, el segundo mayor productor automotriz del país.
La escasez de chips también afectó a una planta de ensamblaje de Aguascalientes que operan conjuntamente Daimler AG y Renault-Nissan.
La llamada planta COMPAS, que produce la SUV GLB de Mercedes-Benz, experimentó «reducciones de turno o interrupciones en la producción», dijo un portavoz de la empresa alemana.
La unidad mexicana de la empresa china Minth Group, cuya planta de Aguascalientes suministra repuestos a los fabricantes de automóviles en todo Estados Unidos, también se encuentra entre las compañías que recortaron las horas de trabajo y redujeron las posiciones.
La compañía despidió a cerca del 20% de su fuerza laboral este año, según Manuel Ando, director de administración e infraestructura de Minth México, que tiene su planta de Aguascalientes. «Eso se suma a los recortes anteriores, con una plantilla que ahora es de 1.300 personas, frente a las 2.700 antes de la pandemia de covid-«, remarcó.
El sector automotor manufacturero, que emplea a unos 946.000 trabajadores en la actualidad, perdió al menos 16.000 puestos de trabajo en la industria automotriz desde fines de 2019, según muestran los datos de la AMIA.
El Banco de México, a todo esto, proyectó a fines de agosto que los paros en las labores automotrices como resultado de la escasez de chips podrían costar a México hasta 1 punto porcentual del crecimiento previsto del Producto Interno Bruto (PIB) para el cierre de 2021.
En septiembre, Estados Unidos y México acordaron en conversaciones económicas en Washington hacer que sus cadenas de suministro compartidas sean más competitivas, especialmente para semiconductores. Mientras tanto, los legisladores estadounidenses están considerando subsidios para impulsar la producción de chips en Estados Unidos.