La pequeña isla de Barbados, dueña de playas célebres sobre el mar Caribe, se convirtió en la república más joven del mundo y otro país presidido por una mujer, a partir de la juramentación de Sandra Mason como mandataria y de la entrada en vigor de su decisión de cortar lazos con el Reino Unido.
Después de ser elegida gobernadora general, Mason juró como jefa del Estado en una ceremonia en la que se le otorgó los atributos del mando del magistrado más alto del país y se retiró el estandarte de la Reina.
Hubo un festejo con fuegos artificiales en tres lugares de la isla, y para eso se levantó temporalmente el toque de queda impuesto por el coronavirus para permitir la asistencia de la ciudadanía a los actos.
Aún con su nuevo estatus, Barbados seguirá siendo miembro de la Commonwealth, tal como señaló el lunes pasado el primer ministro británico, Boris Johnson, en un comunicado.
Mason, de 72 años, fue la primera mujer admitida en el colegio de abogados de Barbados, tras una carrera en la que fue antes maestra y secretaria.
Ahora ocupa el cargo más alto del país y sus poderes ya no están en manos de la monarca, aunque sus funciones serán en gran parte ceremoniales y deberá compartir firma en la mayoría de los casos con la primera ministra, Mia Mottley.
Curiosamente, aunque la isla cortó sus vínculos con la monarquía, el príncipe Carlos fue el invitado de honor a los actos y se le otorgó la Orden de la Libertad de Barbados, el más alto reconocimiento nacional.
La fecha de la conversión de Barbados en República obedece a que se cumplen 55 años de su independencia del Reino Unido.
El Parlamento de Barbados votó el 29 de septiembre por unanimidad enmendar la carta magna para poner fin a la asociación del país con la Corona británica y dar a la isla el estatus de república.
Antes, el jefe de Estado de la nación era un extranjero en la figura de gobernador general nominado por el primer ministro del país, pero designado por la Corona.