Emma Coronel Aispuro, esposa del narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, enfrenta una sentencia de cuatro años de prisión del juez federal, Rudolph Contreras, tras declararse, en junio, culpable de tres cargos de conspiración para distribuir drogas, conspiración para blanquear dinero y de participar en tratos financieros con el cártel de la droga de Sinaloa.
Los fiscales federales también pretenden que el juez tribunal federal de Washington, D.C ordene el decomiso de 1,5 millones de dólares como parte de su sentencia.
«La acusada cometió un grave delito contra Estados Unidos. Dado el impacto adverso que el tráfico de drogas tiene en la sociedad y los graves efectos perjudiciales de la cocaína, la heroína, la metanfetamina y la marihuana en las comunidades, es importante que el tribunal imponga una sentencia que disuada a otros de socavar el estado de derecho», esgrimieron los fiscales.
Coronel, una ex reina de la belleza nacida hace 32 años en Estados Unidos y que se casó con Guzmán cuando era adolescente, fue detenida en el aeropuerto internacional de Dulles, en las afueras de Washington, en febrero.
Como parte de su acuerdo de culpabilidad con los fiscales, admitió haber actuado como mensajera entre Guzmán y otros miembros del cártel de Sinaloa mientras estaba recluido en la prisión mexicana del Altiplano tras su detención en 2014.
Guzmán utilizó esas comunicaciones para planear su fuga de 2015 de la prisión, al norte de Toluca (México), a través de un túnel subterráneo construido por el cártel que conducía a la ducha de su celda.
Sin embargo, el capo de la droga fue recapturado en enero de 2016 y extraditado un año después a Estados Unidos.
Allí fue declarado culpable en febrero de 2019 de tráfico de drogas, conspiración, secuestro, asesinato y otros cargos, y posteriormente condenado a cadena perpetua.