Chile, el primer país de América Latina con un plan nacional para producir hidrógeno verde, se presenta como un gran socio regional de la Unión Europea (UE), en el marco de la II edición de la Semana Europea del Hidrógeno Verde, que se lleva a cabo en Bruselas, capital de Bélgica.
«Es importante que nos comprometamos internacionalmente con el hidrógeno», enfatizó Franz Timmermann, vicepresidente de la Comisión Europea y responsable por el llamado Pacto Verde Europeo.
Chile, con su enorme potencial eólico y solar, fue el primer país en América Latina en apostar por el desarrollo del hidrógeno verde, con dos objetivos: abastecer su mercado interno con energía limpia y convertirse, para el 2040, en uno de los principales productores del mundo de este combustible.
«Nuestros recursos no son solo muchos, sino buenos», remarcó el ministro chileno de Energía, Juan Carlos Jobet, haciendo referencia tanto al desierto de Atacama y su insuperable irradiación solar como a la capacidad eólica de la Patagonia.
«Con la UE buscamos promover programas de investigación conjuntos y oportunidades de inversión», agregó Jobet, que participó virtualmente en la conferencia, que reunió al empresariado, la política y la ciencia.
Por el momento, entre Chile y los socios europeos existe un Fondo Bilateral para el Desarrollo en Transición, destinado a apoyar iniciativas innovadoras.
El hidrógeno verde puede aportar entre un 25 y un 27% a la reducción de emisiones para 2050, según informó el Ministerio de Chile.
Franz Timmermann explicó que «los pasos para abandonar el carbón, de modo de alcanzar las metas del Acuerdo de París 2015, y la energía nuclear, deben ir acompañados de pasos hacia su reemplazo».
«Si bien Europa tiene buenas fuentes de energía solar y eólica, requerimos de interdependencia, patrones de cooperación que beneficien a todos», agregó, antes de anunciar la pronta aparición de un primer marco europeo para regular su transporte verde, la certificación y la distribución.
Si bien Chile es el más avanzado en la región -con grandes grupos mineros interesados en la transición, con una gran red comercial y con infraestructura de transporte-, son muchas las regiones en América Latina que tienen gran potencial y que «piden estrategias de cooperación que faciliten las inversiones y transferencias tecnológicas europeas», según la declaración de la Asamblea Euro-Latinoamericana (Eurolat).
Reunidos a comienzos de noviembre 2021 en Colombia, entre los diputados de ambos continentes hubo consenso en la apuesta por la transición ecológica y energética.
Según la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), Latinoamérica y el Caribe tienen el potencial para liderar la transición y alcanzar la meta del abastecerse en un 70% de energía limpia hasta el 2030.
En la Semana Europea del Hidrógeno se lanzó una Alianza internacional, que cuenta con 1.500 miembros de todos los sectores, para unir ideas e iniciativas con posibles inversiones.
«Necesitamos cooperar con otros, necesitamos finanzas», reconoció el ministro Jobet, en alusión a la cooperación de su país tanto con la UE como con Alemania y Gran Bretaña.
«Si bien Noruega y Escocia, y miembros del club europeo como Holanda, Bulgaria y España se disponen ya a abastecer al mercado europeo con energía limpia, habrá espacio para todos. Debemos querer alcanzar las estrellas, que están conformadas por hidrógeno», finalizó.