La sonda Parker Solar Probe se convirtió en la primera nave espacial en la historia en tocar el Sol al volar a través de la atmósfera superior o corona del astro y tomar muestras de partículas y campos magnéticos durante cinco horas, según lo confirmó la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
«Que la sonda haya tocado el Sol supone un momento cumbre para la ciencia solar y una proeza extraordinaria», indicó en un comunicado el administrador asociado de la junta de misión científica de la NASA, Thomas Zurbuchen.
«Este hito no solo nos proporciona una comprensión más profunda de la evolución de nuestro Sol y (sus) impactos en nuestro sistema solar, sino que todo lo que aprendemos sobre nuestra propia estrella también nos enseña más sobre las estrellas en el resto del universo», agregó.
Si bien la hazaña ocurrió en abril, el organismo estadounidense lo confirmó recién ahora tras el análisis de datos.
La sonda Parker tuvo que soportar el calor y la radiación intensa, pero reunió nuevos conocimientos sobre cómo funciona el Sol, tras ser lanzada en 2018.
«Así como el aterrizaje en la Luna permitió a los científicos comprender cómo se formó, tocar el Sol es un paso gigantesco para la humanidad que nos ayuda a descubrir información crítica sobre nuestra estrella más cercana y su influencia en el Sistema Solar», señaló Nicola Fox, directora de la división de ciencia heliofísica de la NASA.
La corona del Sol es mucho más caliente que la superficie real de la estrella, y la nave espacial podría dar una idea de por qué. La corona es de un millón de grados Kelvin (1,800.000 grados Fahrenheit) en su punto más caliente, mientras que la superficie está alrededor de 6.000 Kelvin (10.340 grados Fahrenheit).
La nave espacial ya reveló hallazgos sorprendentes sobre el Sol, incluido el descubrimiento en 2019 de estructuras magnéticas en zig-zag en el viento solar llamadas curvas.
Ahora, gracias al último acercamiento de Parker al Sol, la nave espacial ayudó a los científicos a determinar que estos cambios se originan en la superficie solar.
Antes de que se complete la misión de Parker Solar Probe, habrá realizado 21 aproximaciones cercanas al Sol en el transcurso de siete años.
La sonda orbitará a 3,9 millones de millas de la superficie del Sol en 2024, más cerca de la estrella que Mercurio.
Cuando estén más cerca del Sol, los escudos solares compuestos de carbono de 4½ pulgadas de espesor tendrán que soportar temperaturas cercanas a los 2.500 grados Fahrenheit. Sin embargo, el interior de la nave espacial y sus instrumentos permanecerán a una temperatura ambiente agradable.
«Volando tan cerca del Sol, Parker Solar Probe ahora detecta condiciones en la capa dominada magnéticamente de la atmósfera solar, la corona, que nunca habíamos podido», explicó Nour Raouafi, científico del proyecto Parker en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins en Laurel, Maryland.
«Vemos evidencia de estar en la corona en datos de campo magnético, datos de viento solar y visualmente en imágenes. De hecho, podemos ver la nave espacial volando a través de estructuras coronales que se pueden observar durante un eclipse solar total», añadió.
El equipo científico de Parker recopilará muchos más datos a medida que la sonda se adentre cada vez más en la corona en futuros sobrevuelos del Sol. Debería llegar a 7 millones de kilómetros de la fotosfera en 2025.
Los datos de Parker, y los que provienen de otros observatorios solares, tienen relevancia directa para todos los que viven en la Tierra.
Los mayores estallidos del Sol pueden sacudir el campo magnético del planeta. En el proceso, las comunicaciones pueden interrumpirse, los satélites pueden quedar desconectados y las redes eléctricas serán vulnerables a las sobrecargas eléctricas.