La información obtenida por intermedio de la inteligencia artificial (IA) sumada a la conseguida por el conocimiento tradicionales de los indígenas servirán para proteger la vida de por lo menos tres especies de tortugas marinas que se encuentran en la costa oeste de Cabo York, en Australia, y que están en peligro de extinción.
Las tres especies, la tortuga carey, la lomo plano y la tortuga golfina, están amenazadas por la actividad humana, los cambios ambientales y los predadores.
De acuerdo con un informe de Microsoft, con la ubicación precisa en tiempo real de los animales, los guardabosques se movilizarán rápidamente para salvaguardar los nidos y a miles de crías para que las poblaciones de tortugas puedan recuperarse en los años venideros.
Las investigaciones, y las técnicas de administración y tecnologías desarrolladas en Australia podrían ayudar, de manera potencial, a proteger la anidación de tortugas en todo el mundo.
«Con este nuevo sistema, lo que por lo general toma un mes de trabajo de monitoreo en tierra, se reduce a dos horas con un helicóptero o un dron», explicó Justin Perry, de la agencia nacional de ciencia de Australia (CSIRO).
El informe dejó en claro que antes del manejo selectivo de depredadores, el 100% de los nidos en una playa monitoreada eran destruidos anualmente, por lo general, por cerdos.
Ahora, gracias a las acciones que se llevan a cabo, los niveles de depredación porcina están por debajo del 30%.
«Pero se necesita hacer más para entender los comportamientos tanto de las tortugas como de los predadores», enfatizó el informe.
Idealmente los guardabosques necesitan acceso rápido a los datos de monitoreo para adaptar sus acciones de manejo cuando identifican nuevos nidos y actuar en el momento que pudieran ser vulnerados.
«La posibilidad de inspeccionar las playas mediante imágenes aéreas aborda todos esos problemas, siempre que las imágenes se puedan interpretar de manera rápida. Hasta ahora, las personas se han tomado muchas horas para analizar de manera minuciosa las fotografías de las inspecciones», señaló el informe.
Con la finalidad de acelerar los procesos, CSIRO se acercó con Microsoft para ver si el aprendizaje automático y la IA podrían ayudar a identificar, de manera rápida, información relevante de decenas de miles de imágenes.
En respuesta, los investigadores de Microsoft empezaron a cargar imágenes de entrenamiento en la nube de Azure y posteriormente desarrollaron varios algoritmos de detección de imagen, infundidos con IA, incluido un clasificador de terreno y un detector de huellas y objetos depredadores.
«Ambos algoritmos han mostrado una promesa temprana de precisión de detección. El clasificador de terreno exhibe más del 90% de precisión para distinguir entre terrenos de playa, arbustos y océano, y el detector de huellas y objetos depredadores mejora su desempeño de manera gradual a través del entrenamiento con 45 mil imágenes», detalló el informe.
El sistema fue diseñado para que el ingreso de datos sea simple: los guardabosques tomarán la tarjeta SD del dron o cámara del helicóptero y cargarán el contenido a la nube sin complicaciones.
Luego, el análisis se automatizará y los resultados se almacenarán en una base de datos vinculada a un panel interactivo desarrollado por CSIRO y Microsoft con Power BI. Esto superpone los datos recolectados por los guardabosques en tierra con información de valor recolectada a partir del análisis de las fotografías aéreas.
La combinación de datos se mostrará en el panel para ayudar a guardabosques y científicos a tomar decisiones sobre la mejor manera de manejar problemas en un lugar y tiempo determinados para salvar a las tortugas.
Los datos también serán compartidos con las comunidades indígenas para ayudarles a tomar decisiones culturales que afectan a las poblaciones locales de tortugas y al manejo de depredadores.
«Esta labor le permitirá a 20 mil crías llegar al océano cada temporada. Un ecosistema completo se ha estabilizado», valoró Perry.
«Nuevas tecnologías, como la IA, juegan un papel vital para salvar a las tortugas del borde de la extinción», concluyó.