Si bien este año el ecosistema de innovación y emprendimiento en América Latina experimentó un boom con el surgimiento de 14 unicornios (empresas valuadas en más de 1.000 millones de dólares), sobre un total de 40, ninguno cuenta con mujeres en su equipo fundador.
De hecho, de todo el club de unicornios, solamente el brasileño Nubank, con Cristina Junqueira, y el mexicano Kavak, con Loreanne García Ottati, rompen ese paradigma.
Nubank: Cristina Junqueira
La fintech brasileña Nubank se convirtió en unicornio en 2018, cuando alcanzó la valoración mayor a US$ 1.000 millones a solo cuatro años desde su creación.
Entre sus fundadores está Cristina Junqueira, quien cuenta con una licenciatura en Ingeniería y una maestría en la Universidad de Sao Paulo y una maestría en Administración de Negocios de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos.
Junqueira, quien trabajó en Boston Consulting Group y en Itaú Unibanco, actualmente es la directora ejecutiva de Nubank, que recientemente debutó en la bolsa de Nueva York, alcanzando una capitalización de mercado de US$ 47.000 millones en el primer día.
De esta manera, Junqueira, nacida hace 39 años en Brasil, se transformó en la primera latinoamericana en ser una multimillonaria por sus propios méritos (self-made billionaire), con una fortuna de US$ 1.300 millones.
Kavak: Loreanne García
La plataforma mexicana de compra y venta de automóviles usados se convirtió en unicornio en 2020, luego de apenas cuatro años desde su fundación.
Loreanne García Ottati, cofundadora y chief people officer de la startup, antes de establecerse en México se mudó a Estados Unidos desde Caracas para estudiar su MBA en la Universidad de Stanford.
García Ottati, quien trabajó anteriormente en Coca Cola, en Aprecia Financiera, y en McKinsey & Company, es una pieza clave en la segunda empresa más valiosa de América Latina, detrás de la argentina Mercado Libre.
La baja participación de las mujeres en la esfera empresarial
Paula Valverde Norambuena, gerente general del Grupo Limonada y directora de Endeavor, se refirió al tema. «Por una parte, la mayor diversidad permite un mayor éxito en el mundo de los negocios y, por otra parte, el emprendimiento femenino es necesario para el desarrollo social y económico, no solo de mujeres, sino de la sociedad en su conjunto».
La baja representación de las mujeres en los equipos fundadores de unicornios no se condice con la realidad del ecosistema de emprendimiento de la región.
Según Global Report 2020/2021 de Global Entrepreneurship Monitor, América Latina es la región con mayor representación femenina en la industria, con 24% de emprendimientos de mujeres en etapas tempranas.
Pero sí es explicado por el poco acceso a la financiación, ya que de acuerdo a la investigación de la consultora global Gender Smart sobre América Latina publicada en enero de 2021, existen US$ 93.000 millones en gap (o brecha) de acceso a financiamiento para las mujeres.
En promedio, las startups lideradas por mujeres levantan US$ 500 mil, mientras que su par masculino levanta US$ 12 millones. El reporte también dice que, de los emprendimientos femeninos que no prosperaron (el 73%) se debe a falta de financiamiento.
«Las consideraciones culturales y la cultura machista juegan un rol significativo entre las emprendedoras latinas, ya que el matrimonio es relevante al momento de asegurar estabilidad económica. La baja autoestima resultante contribuye a las barreras que se enfrentan las emprendedoras», dice el estudio de Gender Smart.
La nueva generación de unicornios
Pese a la sombría situación de la paridad de género en el ecosistema de innovación y emprendimiento local, la nueva generación de startups latinoamericanas de rápido crecimiento promete mayor equidad.
De acuerdo con el reporte de la firma de venture capital ALLVP, existen alrededor de 90 empresas latinoamericanas que son denominadas «soonicornios», es decir, aquellas que tienen una valuación estimada superior a los US$ 100 millones y que tienen mayor potencial de convertirse en unicornios.
De estas, nueve fueron fundadas por mujeres. Por ejemplo, la fintech mexicana Stori, que cuenta como cofundadora a Marlene Garayzar, logró levantar US$ 125 millones en su última ronda de financiación en noviembre de este año.
También se destaca la healthtech Pipo Saúde, con Manoela Ribas Mitchell en su equipo fundador, que recaudó US$ 4,6 millones para gestionar los servicios de salud.
Poco a poco las mujeres rompen paradigmas y en breve seguramente jugarán en el club de los hombres.