El Gobierno de Luis Arce decidió hoy suspender la obligatoriedad de portar un carnet de vacunación contra el coronavirus -medida que entró en vigencia el 1 de enero- por la alta demanda de inmunizantes que hizo colapsar el sistema de salud a lo largo y ancho de todo el país.
La alcaldía de La Paz señaló en un comunicado que «aumentó en 10 veces la solicitud de vacunación en tres hospitales municipales en una semana».
«Se debería masificar la vacunación en vez de retroceder en la exigencia del carnet anticovid», criticó el alcalde de La Paz, el opositor Iván Arias.
Asimismo, el secretario municipal de Salud de la ciudad de Cochabamba, Aníbal Cruz, también «lamentó la medida» de suspender la exigencia del documento de inmunización, que era un requisito para realizar trámites en la banca, en oficinas públicas y privadas y para viajes terrestres y aéreos.
Capacidad de atención desbordada
La presión ciudadana por vacunas desbordó la capacidad de atención de los centros de salud y esto obligó al poder Ejecutivo a suspender la solicitud del documento de vacunación desde hoy hasta el próximo 26 de enero.
El Ministerio de Salud, en un comunicado, explicó que la medida permitirá «mejorar los puntos de vacunación y adecuarlos con mejores medidas de bioseguridad para evitar aglomeraciones».
A partir de esta medida, los puntos de vacunación mostraron hoy un descenso de personas.
Bolivia, de casi 12 millones de habitantes, vacunó con dos dosis a más de 3,7 millones de personas y con una a más de 992.000 personas.
Hasta la fecha el país suma 641.817 contagios y 19.848 fallecidos por Covid-19 y transita por el pico de una cuarta ola.