El vicepresidente de la Junta de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Richard Clarida, renunció a su cargo dos semanas antes de que expire su mandato en medio de un escándalo.
La inesperada dimisión se produce después de que sus declaraciones financieras de 2020, recientemente modificadas, suscitaran especulaciones sobre un posible uso de información privilegiada.
«Como mi mandato estatutario como gobernador vence el 31 de enero de 2022, le escribo para informarle que tengo la intención de renunciar a la Junta el 14 de enero de 2022», informó Clarida en una carta dirigida al presidente estadounidense, Joe Biden.
El anuncio se produjo tras las nuevas revelaciones en torno a las operaciones de Clarida en un fondo de acciones en febrero de 2020, justo antes de que se produjeran los trastornos del mercado debido a la propagación del nuevo coronavirus.
Según un informe de The New York Times publicado la semana pasada, Clarida modificó sus declaraciones financieras el pasado diciembre para mostrar que había vendido y luego recomprado acciones del fondo de acciones en cuestión de días.
El funcionario realizó la venta el 24 de febrero y la compra el 27, justo un día antes de que el presidente Jerome Powell dijera que la reserva estaba preparada para apoyar a los mercados y la economía por la pandemia.
Los informes que Clarida había presentado en un inicio solo informaban de la compra del fondo de acciones, hecho que la Fed había descrito como un simple reajuste planificado de cartera.
Sin embargo, el rápido movimiento de venta y compra de acciones puso en duda esa explicación y los expertos señalaron que las transacciones del funcionario pudieron haberle otorgado beneficios.
La gobernadora Lael Brainard, quien se presentará el jueves ante el comité, sucederá a Clarida.
El escándalo llegó a los medios y al Congreso
Las recientes revelaciones captaron la atención de los medios y legisladores estadounidenses.
La senadora del estado de Massachusetts, Elizabeth Warren, solicitó a la Reserva Federal proporcionar más información sobre las operaciones realizadas por altos funcionarios de la entidad.
Los expertos remarcan que la noticia llegó en un momento inoportuno para Powell, quien recientemente fue reelegido en su cargo y es posible que tenga que lidiar con preguntas incómodas en una audiencia de confirmación ante el Comité Bancario del Senado de este martes.
«Toda la historia del reequilibrio, simplemente se derrumba ante el hecho de que vendió y luego compró», remarcó Simon Johnson, economista del Instituto de Tecnología de Massachusetts.
«Si usted fuera el presidente Powell, no querría que su audiencia de reconfirmación se centre en esto», aseveró.
La Fed bajo sospecha
Clarida no es el único que se encuentra bajo sospecha por haberse beneficiado con información.
La Fed sufrió, a finales del año pasado, bajas que son investigadas por el inspector federal de la institución por supuestas violaciones al código de ética.
Entre estas, está la de Robert Kaplan, el presidente de la oficina del banco central en Dallas (Texas), quien hizo varias operaciones individuales de acciones. Renunció en octubre pasado después de que la prensa hiciera públicas las operaciones, celebradas en 2020.
Un mes antes sucedió lo mismo con el presidente de Boston, Eric Rosengren, quien hizo inversiones vinculadas con bienes raíces el mismo año. Renunció aduciendo problemas de salud
Este tipo de conductas significó una crisis de reputación para el banco central, que en octubre pasado desveló una serie de medidas que tienen como objetivo impedir el beneficio personal de sus funcionarios.
Estas nuevas reglas limitan los activos que pueden comprar, principalmente de fondos mutuos, y exigen a los encargados de la política monetaria anunciar con 45 días de anticipación su intención de adquirir acciones o bonos.
También restringen las transacciones en momentos de gran efervescencia de los mercados. Estas nuevas líneas significaban un nuevo ajuste a una entidad que no le gusta la regulación. El último código de conducta del banco central databa de 1994.
Powell buscará que no se arraigue una mayor inflación
El presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, adelantó en Washington que el organismo evitará que se arraigue una mayor inflación porque afecta a las familias estadounidenses y advirtió que la economía posterior a la pandemia podría verse diferente a la expansión anterior.
«Usaremos nuestras herramientas para respaldar la economía y un mercado laboral fuerte y para evitar que se arraigue una inflación más alta», subrayó.
Powell, además, pronosticó: «Podemos comenzar a ver que es probable que la economía posterior a la pandemia sea diferente en algunos aspectos. La búsqueda de nuestros objetivos deberá tener en cuenta estas diferencias».
«La alta inflación está afectando a las familias estadounidenses», reconoció Powell y luego añadió: «Sabemos que la alta inflación cobra un precio, particularmente para aquellos que tienen menos capacidad para cubrir los costos más altos de elementos esenciales como alimentos, vivienda y transporte».
Powell fue nominado por el presidente Joe Biden para cumplir un segundo mandato de cuatro años como jefe del banco central.
Los formuladores de políticas temen que las presiones sobre los precios echen raíces en la economía estadounidense y pronostican mercados laborales fuertes, incluso cuando la economía lucha con la variante ómicron, lo que podría prolongar la interrupción de la pandemia en el suministro de bienes, servicios y trabajadores.
Powell en sus comentarios elogió el trabajo de supervisión financiera y de supervisión de la Fed durante los últimos cuatro años.
«Trabajamos para mejorar el acceso del público a pagos instantáneos, intensificamos nuestro enfoque y esfuerzos de supervisión sobre amenazas en evolución, como el cambio climático y los ataques cibernéticos, y ampliamos nuestro análisis y monitoreo de la estabilidad financiera», concluyó.