Cáncer en América Latina

El cáncer es una enfermedad que cada año suma más de 5 millones de nuevos pacientes en América Latina y para esas personas la innovación tecnológica podría ser sinónimo de esperanza.

Tres grupos de investigadores latinoamericanos desarrollaron iniciativas para contribuir al diagnóstico eficaz y el tratamiento de la enfermedad, proyectos que pueden ser cruciales en ese camino de innovación.

«Muchas veces los médicos están trabajando y están peleando contra el cáncer a ciegas, pero nosotros venimos a ofrecerles una herramienta para que ellos puedan tener información de forma continua acerca del estado del paciente, de su enfermedad», sostuvo Liza Velarde, CEO y cofundadora de Delee, una empresa mexicana que desarrolló la tecnología CytoCatch para la detección temprana del cáncer y su monitoreo.

«Tener la información sobre qué es, en qué estado está, qué terapia le tengo que aplicar, cuándo cambiarla o cuándo dejarla, eso vale oro y puede ayudar a salvar muchas vidas. Al final del día, es por eso por lo que lo estamos trabajando”, agregó.

Tanto Velarde como sus socios y cofundadores, Juan Felipe Yee y Alejandro Abarca, comentaron que vivieron muy de cerca lo que es el cáncer, por lo que decidieron enfocar su tecnología en capturar, aislar y analizar las células tumorales circulantes (CTC) -células cancerosas que se separan del tumor primario y aparecen en el sistema circulatorio- de la sangre.

Yee, director médico de Delee, explicó que CytoCatch nació ante la necesidad actual de buscar nuevas formas de hacer ensayos en sangre para obtener información más precisa con el objetivo de realizar una detección temprana y ofrecer una terapia más eficiente.

«Nuestro enfoque ahora es demostrar el funcionamiento de la tecnología en cáncer de próstata para después expandirnos a lo que es mama, pulmón y colorrectal, que en conjunto esos cuatro son el 40,5% de los casos diagnosticados nuevos por año a nivel mundial», precisó.

«El resultado te lo podrían dar en menos de dos días. El mismo día te lo podrían dar, pero depende también del flujo de trabajo de la clínica y hospital”, concluyó Yee.

Por su parte, Velarde indicó que con los métodos actuales «los resultados pueden tardar entre dos o tres semanas y el problema del cáncer es que es una enfermedad de tiempo”.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) un tercio de los cánceres pueden diagnosticarse en etapas tempranas, lo que aumenta la supervivencia y reduce la mortalidad, así como los costos del tratamiento.

Yee explicó que esta tecnología también tiene un beneficio económico, tanto para el sistema de salud como para el paciente.

«El desembolso de cada una de sus partes va a ser mucho menor si se detecta el cáncer de forma temprana. Y de ahí también derivan beneficios a familiares», aseveró.

Actualmente, Delee se encuentra en una campaña de microfinanciación para comenzar a comercializar su CytoCatch como una herramienta de investigación.

Lo siguiente es concluir sus estudios clínicos, expandirlos a otros tipos de cáncer y finalmente, buscar la acreditación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para que se empiece a utilizar esta tecnología de forma clínica.

 

Un kit de diagnóstico

En el sur del continente americano, el grupo del Laboratorio de Oncología Molecular y Nuevos Blancos Terapéuticos del Instituto de Biología y Medicina Experimental en Buenos Aires, Argentina, creó Onco-liq, un kit de diagnóstico para la detección temprana de cáncer de próstata y mama.

El cáncer de próstata es diagnosticado con mayor frecuencia en hombres de América Latina y el Caribe, y el cáncer de mama en mujeres, según cifras del Observatorio Mundial del Cáncer (OGC).

Marina Simian, una de las cofundadoras de Onco-liq, señaló que la innovación detrás de su laboratorio es que, por medio de una muestra de sangre, que se podría incorporar al chequeo anual del paciente, se puede llegar a una detección temprana del cáncer.

«La principal ventaja de este kit es que los mi-ARN liberados del tumor al torrente sanguíneo pueden detectarse en el plasma de los pacientes incluso cuando el tumor no es detectable por otros métodos», se lee en una publicación dentro de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

El mi-ARN o microARN son ARN pequeños no codificantes que influyen en diversos resultados biológicos y los microARN que afectan al sistema inmune, podrían ser objetivos interesantes para la inmunomodulación contra el cáncer.

Actualmente, este kit está en una fase de «prueba piloto» en un estudio que involucra a 500 mujeres voluntarias sin diagnóstico previo de cáncer.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos los resultados de esta prueba piloto estarían disponibles hacia agosto de 2023.

Veneno de alacrán

Inyectarle a alguien veneno puede tener efectos secundarios perjudiciales. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) creó un compuesto con veneno de alacrán capaz de evitar la metástasis, que es cuando las células anómalas se multiplican «más allá de sus límites habituales» por lo que pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o extenderse a otros órganos.

Federico del Río Portilla, investigador del Instituto de Química, indicó que el compuesto no elimina las células cancerosas, pero sí evita la invasión, lo que es importante para mantener controlado al cáncer.

«Lo que hace el medicamento es contener para dar tiempo a que otras moléculas puedan prepararse y derrotar al enemigo, eso es lo que hace, es un medicamento de contención”, enfatizó en el boletín universitario.

A lo largo de la historia, científicos experimentaron con el veneno de animales, como serpientes, abejas y escorpiones, para detener el crecimiento de células cancerosas.

Sin embargo, aunque se encontró una amplia evidencia sobre sus potenciales terapéuticos en el tratamiento del cáncer, todavía se necesita más investigación. Y en América Latina trabajan en eso.