Lasso viajó a China para renegociar la deuda

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se reunirá mañana con su par de China, Xi Jinping, para renegociar una deuda que Quito mantiene con Beijing por 5.176 millones de dólares desde la época de Rafael Correa.

El viaje del mandatario ecuatoriano, quien hoy estuvo -al igual que otros líderes de la región- en la apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022, incluyó un encuentro virtual con empresarios.

La agenda de mañana es la siguiente: se verá con el primer ministro chino, Li Keqiang, en la Casa De Huéspedes Diaoyutai; al mediodía estará en el banquete que Xi ofrecerá a los mandatarios visitantes; y a las 16.30 tendrán una reunión reservada en el Gran Salón del Palacio del Pueblo.

Lasso buscará, además, avanzar en un acuerdo de libre comercio para que algunos productos ingresen a China sin aranceles y abordará otros temas, como la sustentabilidad ambiental, la adquisición de más vacunas y el espinoso tema del valor de compra que tiene hoy el petróleo ecuatoriano en China.

«Es muy importante que el presidente Lasso establezca una conexión con el presidente de China”, explicó Fabricio Rodríguez, investigador asociado del Arnold Bergstraesser Institut (ABI) en Alemania, quien es especialista en relaciones de China con naciones latinoamericanas.

Para el experto la visita tiene objetivos de interés nacional, con dimensiones políticas y económicas.

«Primero, es negociar la deuda. Pero, al mismo tiempo, se enmarca en una propuesta mayor de Ecuador, en donde lo que busca el presidente Lasso es reposicionar al país como un miembro de la Alianza del Pacífico (AP) a nivel regional», apuntó.

«Y en lo institucional, creo que el presidente Lasso es consciente de que Ecuador depende ampliamente de las exportaciones de petróleo y de algunas pocas materias primas y que con su viaje abre un mercado para que el país pueda sacar no solo partido de las exportaciones petroleras, sino que también de una diversificación de exportaciones en lo agroalimentario», completó Rodríguez.

 

El mal negocio del crudo

Ecuador firmó con China, entre 2009 y 2016, al menos 13 contratos de venta de crudo asociados a líneas de crédito con firmas estatales asiáticas, que representaron hasta la fecha la entrega de 1.174 millones de barriles.

A Quito todavía le quedan por entregar 156 millones de barriles hasta 2024, una cifra equivalente a un poco más de la exportación total de crudo que realiza el país en un año.

«Por la tensión política entre Ucrania y Rusia, el precio del petróleo sigue subiendo, y en enero cerró en US$ 89,56, su precio más alto en siete años. Por lo tanto, es más conveniente vender en el mercado spot, aprovechando estos precios», detalló César Muñoz, el M&A Leader de ARTL Chile Auditores, quien asesora a inversionistas privados en tópicos de la industria del gas y del petróleo.

Esta venta amarrada del petróleo ecuatoriano a Beijing hoy significa una pérdida de más de US$ 3 por barril, según reconoció la máxima autoridad de Petroecuador, Ítalo Cedeño, comparado a si se hiciera a precio spot.

Esa diferencia generaría un ingreso más que relevante a las desgastadas arcas del nuevo gobierno, que asumió en mayo de 2021 un país golpeado por la pandemia de coronavirus.

Esto lo ratificó un informe de Petroecuador dirigido a Lasso -que se difundió durante enero- que indica que, tras hacer una serie de comparaciones con los precios del crudo en venta spot versus el precio de los contratos a largo plazo, hay un perjuicio específico de US$ 3,69 por barril para el crudo denominado Oriente, y de US$ 3,61 por barril para el crudo pesado, llamado Napo.

«El presidente Lasso está viajando a China a renegociar, para alargar el plazo de pago a un plazo mayor, para disponer de un mayor volumen para venta en el mercado spot.  Este contrato es una forma de establecer suministros de largo plazo, pero el mecanismo de fijación de precio da un valor menor al de mercado, lo que posibilita intermediación», consideró Muñoz.

De ahí que el gerente de Petroecuador comentase en su primera rueda de prensa que la estrategia de comercio internacional en su gestión no será nada fácil: buscará revalorizar el crudo ecuatoriano, manteniendo de manera periódica las ventas spot, pero asegurando al mismo tiempo el cumplimiento de los contratos de largo plazo.

 

Secuelas del Gobierno de Correa

El problema acá fue, a juicio de los analistas, que el país basara su estrategia de crecimiento solo en la comercialización del crudo y que, además, la forma en que se hizo le restó credibilidad al gobierno de Rafael Correa.

«El correísmo en los 2000 le apostó ciegamente a la explotación y a la renta petrolera como base de su legitimidad. Fue un momento en el que los precios de petróleo estaban bastante altos, fue el momento en el que China estaba en ascenso también», opinó Fabricio Rodríguez, investigador asociado del Arnold Bergstraesser Institut (ABI) en Alemania.

Para empeorar las cosas, la estatal Petroecuador quedó enlodada cuando, en 2016, a partir de una investigación periodística surgida de los Panama Papers, se supo de un ilícito que involucró a 18 personas y US$ 25 millones en sobornos durante la repotenciación de la refinería de la ciudad de Esmeraldas.

De todos modos, el petróleo ecuatoriano hoy por hoy está pasando por un revival importante: con la llegada de Lasso se comprometió a duplicar la producción de crudo del país.

La meta del gobierno es captar unos US$ 19.000 millones hasta 2025, a través del lanzamiento a licitación pública de siete proyectos contemplados en el portafolio de inversiones del sector hidrocarburos que anunció el ministro de Energía y Recursos Naturales No Renovables, Juan Carlos Bermeo, en noviembre pasado.

En esa fecha, y aprovechando la conferencia “Ecuador open for Business”, la administración de Lasso abrió un portafolio de inversiones total de US$ 30.833 millones.

Y a fines de enero de este año, además, la firma anunció la perforación de 33 pozos en las provincias de Orellana y Sucumbíos este año, a través de contratos especiales con financiamiento de consorcios privados, como WayraEnergy y Shaya Ecuador.

 

La palabra de Lasso

«Llegamos a China con dos objetivos muy importantes para el Ecuador: un acuerdo de libre comercio y la renegociación de la deuda. Son días llenos de trabajo entre los equipos de ambos países. Estamos seguros de que los resultados serán positivos y beneficiarán al pueblo ecuatoriano», aseguró Lasso.

Tal como posteó en su cuenta de Twitter el mandatario, el 2 de febrero, más allá del negocio del petróleo con China, lo que Ecuador busca con la visita de Estado es renegociar la deuda.

«Probablemente se renegocien los pagos y los intereses de alguna manera, pero no la va a condonar», señaló Fabricio Rodríguez.

«Lo que espera el presidente Lasso es plantear un hito que lo diferencie de la política de Rafael Correa, y mostrar que Ecuador cuenta con política renovada frente a China y que es distinta de la que se promovió en años anteriores», agregó.

Por otra parte, el país debe hacerse cargo de su dependencia histórica y monetaria, además, con Estados Unidos, enemistado hoy con China.

«Ecuador hoy está pensando como muchos otros países de Latinoamérica en función de una relación triangular, tratando de evitar caer en el dominio de Estados Unidos o de China. Obviamente, Ecuador más que depende de estas dos grandes potencias, pero creo que hay que dimensionar las cosas: Estados Unidos ya tiene el dólar como un hito importante de extensión de su influencia, lo que probablemente no cambiará muy fácilmente», remarcó Rodríguez.

La postura fluida de Lasso, por ende, es posicionar a Ecuador en el marco de la Alianza del Pacífico, lograr ser parte de ella y aprovechar de esa forma todos los espacios multilaterales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Lo cierto es que la participación de China en las exportaciones de Ecuador creció: pasando de 1,2% (valor FOB) en 2000 a 13,5% en 2021, mientras que en ese mismo período la participación de las importaciones desde China en el total de importaciones (valor CIF) pasó del 2,1% al 19,8%. Por otra parte, la inversión directa de (IED) Beijing en Ecuador fue más bien baja.

«En general, Ecuador no ha sido exitoso en atraer IED, no solo desde China, sino también desde otros países del mundo. Además, al país le falta una mayor integración en cadenas regionales y globales de valor», explicó Sara Wong, directora ejecutiva del Centro de Estudios Asia Pacífico y profesora del ESPAE Business School, de ESPOL (Escuela Superior Politécnica del Litoral) en Ecuador.

A pesar de eso, la académica ve con buenos ojos las posibilidades de profundización comercial entre ambas naciones. «Pero nada de esto sirve si no se trabaja sobre la relación misma, a nivel diplomático y cultural», consideró.

 

La apertura comercial

«Un acuerdo comercial no es la única vía; y además para concretar los beneficios de cualquier apertura comercial hay que estar preparados. Hay que negociar intercambios de comercio con China que sean de más impacto productivo, por ejemplo, a través de encadenamientos productivos como China ha hecho con países asiáticos pequeños», reflexionó Wong en relación a un tratado de libre comercio (TLC).

«De momento, lo que puede ofrecer Ecuador a China, sin duda, son los alimentos por la alta demanda que tiene ese país obviamente por productos agrícolas: los camarones, el atún, el banano es, obviamente, un producto importante. Probablemente el cacao y también el chocolate llevado a un nivel de valor agregado más alto y probablemente de otros productos no tradicionales que se vayan a negociar en el tratado de libre comercio», complementó Fabricio Rodríguez.

Wong precisó: «La relación de China con Ecuador se ha visto empañada por escándalos de corrupción en años recientes, con mega obras que no se han concluido y/o que han sido entregadas con sobreprecio y fallas. Se supone que hay investigaciones en curso sobre esos temas, y algunas esperando fallos judiciales.

De ahí que Lasso no pueda centrarse solamente en lo económico y dejar de lado el aspecto político cuando se trata de China, entendiendo que gobierna un Ecuador con múltiples partidos y visiones respecto a lo que ha sido la historia ecuatoriana con este país asiático.

«Un gobierno como el de Lasso siempre tendrá que gobernar en función de las fuerzas políticas, que son plurales en Ecuador y con un entorno internacional bastante más diversificado, también. Eso eleva el nivel de complejidad de política exterior y, entonces, vamos a ver cómo logrará el actual gobierno negociar y conciliar todos esos obstáculos en función de generar [mejores] posibilidades para el país», concluyó Rodríguez.