Cinco personas murieron en un ataque armado -el tercero en una semana- cometido por un palestino en Bnei Brak, una ciudad judía ultrarreligiosa cercana a Tel Aviv, en Israel, según informaron los servicios médicos locales.
«Diaa Armashah, de 27 años, un palestino de la localidad cisjordana de Yabad, llegó a la calle Jabotinsky en Bnei Brak armado con un fusil de asalto M-16 y causó una masacre», informó la policía israelí en un comunicado.
«Hemos registrado que desgraciadamente cinco personas murieron en esos ataques cometidos en dos lugares de Bnei Brak», precisó Elie Bin, el director del Magen David Adom (equivalente israelí de la Cruz Roja).
El primer ministro israelí, Naftali Bennett, convocó a una reunión de los principales responsables de seguridad del país para revisar la situación y alertó hoy sobre una posible ola de violencia.
«Israel se enfrenta a una ola de terrorismo árabe asesino», sostuvo Bennett, quien encabeza una heterogénea coalición de Gobierno que agrupa desde partidos judíos nacionalistas hasta agrupaciones palestinas.
Mientras que el presidente de Palestina, Mahmud Abbas, condenó el atentado. «El asesinato de civiles palestinos e israelíes solo agrava más la situación cuando nos estamos esforzando por alcanzar la estabilidad», afirmó Abbas en un comunicado, informó la agencia oficial palestina Wafa.
«El ciclo de violencia confirma que una paz permanente, global y justa es la forma de asegurar la seguridad y la estabilidad para los pueblos palestino e israelí y los pueblos en la región entera», concluyó.
El atentando fue reivindicado por la organización yihadista Estado islámico (EI), que desde 2017 no se adjudicaba oficialmente ningún ataque en Israel.
El ataque
Diaa Armashah, de 27 años, un palestino de la localidad cisjordana de Yabad, llegó a la calle Jabotinsky en Bnei Brak armado con un fusil de asalto M-16 y causó una tragedia al matar a cinco personas.
Siguiendo a una calle cercana, primero le disparó a dos ucranianos, de 32 y 23 años, y, luego, mató a dos israelíes, de 26 y 29, antes de ser confrontado por la policía, donde uno de los oficiales, de 32, murió en el tiroteo.
Los funerales de dos de los israelíes se celebraron hoy, mientras que el del otro será mañana en Nazaret.
La policía indicó que sus fuerzas se mantienen en alerta máxima y que enviaría unidades adicionales a Cisjordania y sus alrededores.
Con los hechos de ayer aumentó a 11 el número de muertos en ataques en Israel en la última semana, sin contar a los atacantes.
Los dos ucranianos no fueron identificados por su nombre, aunque su embajada en Israel confirmó su nacionalidad y condenó los «atroces ataques terroristas».
Una fuente diplomática citada por la agencia de noticias AFP informó que eran «trabajadores temporales que llevan años en Israel», a diferencia de los refugiados de la guerra.
Unos 15.000 ucranianos viven en Israel, pero desde la invasión de Rusia a Ucrania, que comenzó el 24 de febrero pasado, el país recibió a unos 20.000 refugiados, según confimó la vocera del ministerio del Interior.
La violencia no tiene fin
El domingo pasado dos policías israelíes murieron en un ataque armado en la ciudad norteña de Hadera.
La acción fue reivindicada por el grupo Estado Islámico (EI), en la primera vez desde 2017 que esa organización yihadista se atribuye un ataque armado en territorio israelí. Los autores fueron abatidos.
Asimismo, el 22 de marzo, un palestino vinculado a ese grupo islamista sunnita mató a cuchilladas y con un vehículo a cuatro israelíes, dos hombres y dos mujeres, en la ciudad sureña israelí de Beersheva.
El atacante fue identificado como un profesor condenado en 2016 a cuatro años de cárcel por planear viajar a Siria para luchar junto al EI y por hacer apología de esa organización.
El movimiento islamista Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, consideró que el ataque del domingo fue una «respuesta natural y legítima a la ocupación», y «a los crímenes de Israel.