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De ganar el Apruebo chilenos quedarían desprotegidos ante la inseguridad

A medida que pasan los días las malas noticias sobre crímenes de violencia acaparan los titulares de los medios de comunicación como nunca antes en la historia de Chile; y sin embargo, el gobierno de Gabriel Boric se ha mostrado a favor de una nueva Constitución que debilita a los organismos de seguridad y acaba con los estados de Excepción.

El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve expresó «preocupación» por el escenario delictual que se vive actualmente en la Región Metropolitana. Los homicidios, los robos con violencia, las encerronas y las balaceras no han cesado mientras en los chilenos se genera una elevada sensación de inseguridad.

El pasado martes 26 de julio, en el eje Alameda, un hombre murió apuñalado tras ser asaltado. En el mismo sector, este jueves tres hombres fueron víctimas de robos, terminando todos ellos con heridas cortopunzantes. Al sur y al norte de Chile sucede algo similar, los crímenes están a la orden del día y mafias como el Tren de Aragua ya lograron asentarse en el territorio nacional.

Organismos como la Multigremial han expresado preocupación por lo que sucede y han exigido al gobierno de Boric que tome medidas contundentes como extender los Estados de Excepción al norte y al sur del país para controlar la situación; sin embargo, a solo un mes del plebiscito de salida existe una gran incertidumbre por lo que sucederá en el país de ganar el Apruebo, sobre todo, porque en el nuevo texto de la Convención no existe el Estado de Excepción y los Carabineros pierden margen de acción.

En los últimos dos años la inseguridad pasó a ser la principal preocupación de los chilenos, que han comenzado a cambiar sus rutinas para evitar ser víctimas del creciente número de delitos violentos.

Entre los delitos con mayor connotación social están los llamados “portonazos”, asaltos en los ingresos a casas o condominios, y las “encerronas”, como llaman a los robos del vehículo en plena vía pública mediante intercepciones de delincuentes armados.

El último estudio de la encuestadora Ipsos manifiesta que para el 52% de los chilenos la principal preocupación es la delincuencia, además de la presencia de mafias organizadas y el narcotráfico.

Lo grave de esta situación es que la mayoría de los chilenos está pidiendo a gritos soluciones a la crisis de violencia e inseguridad; y sin embargo, eso no está sucediendo. No se ve plasmado en acciones contundentes ni desde el gobierno, ni desde lo que sería la nueva Constitución.

El presidente Boric ha anunciado una serie de medidas para intentar neutralizar la violencia en regiones como la Araucanía. Por ejemplo, se vio obligado a implementar un estado de emergencia para militarizar las calles y tratar de organizar la situación; pero ahora el nuevo texto aprobado por la Convención no incluye estados de emergencia por lo que no existirían mecanismos para hacer frente a la violencia organizada.

Lo mismo sucede con los Carabineros, institución policial que integra las Fuerzas de Orden y Seguridad; en medio de la actual ola de violencia e inseguridad que embarga al país, el nuevo texto de la Convención decide convertir a este organismo policial en una policía “civil”, acabando con la esencia de una institución que hasta ahora tiene mayor confianza ciudadana que el resto de las instituciones públicas en el país.