Para muchos, tener que tomar verduras es más como un castigo que un placer. Ahora, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Durham (Inglaterra) ha demostrado que los bebés comienzan a responder a diferentes sabores mientras están en el útero.
Primera evidencia directa
El resultado de las ecografías 4D de 100 mujeres embarazadas para ver cómo respondían sus bebés en el útero después de haber estado expuestos a los sabores de los alimentos consumidos por sus madres, fue de lo mas sorprendente: los bebés en el útero sonreían poco después de que sus madres comieran zanahorias, pero hacían muecas de disgusto cuando optaban por la col rizada.
«Varios estudios han sugerido que los bebés pueden saborear y oler en el útero, pero se basan en los resultados posteriores al nacimiento, mientras que nuestro estudio es el primero en ver estas reacciones antes del nacimiento», explica Beyza Ustun, coautora del estudio que publica la revista Psychological Science.
Para el experimento, a las gestantes se les pidió no ingerir alimentos en la hora previa a su cita. Luego, a cada madre se le dio una cápsula que contenía sabor a zanahorias o col rizada. Una cápsula contenía aproximadamente 400 miligramos de polvo de zanahoria o 400 miligramos de polvo de col rizada. También hubo un grupo de control, que estaba formado por madres que no ingirieron ninguna de las cápsulas. En total, 100 madres de entre 18 y 40 años participaron en el estudio. Cuando la madre consumía una cápsula de zanahoria, los fetos adoptaban una expresión similar a la risa con el doble de frecuencia que cuando la madre tragaba una cápsula de col rizada o ninguna cápsula. Así, los movimientos como levantar el labio superior, bajar el labio inferior, presionar los labios y una combinación de estos, que sugieren una cara llorando, fueron mucho más comunes en el grupo de la col rizada que en los otros grupos.
El equipo notó que los aromas de la dieta de la madre estaban presentes en el líquido amniótico. Las papilas gustativas pueden detectar sustancias químicas relacionadas con el gusto a partir de las 14 semanas de gestación, y las moléculas de olor se pueden detectar a partir de las 24 semanas de gestación.
Implicaciones
Los hallazgos sugieren que los fetos pueden distinguir diferentes sabores muy pronto en su desarrollo, así lo que comen las mujeres embarazadas podría influir en las preferencias gustativas de sus bebés después del nacimiento. Si este es el caso, los resultados podrían tener implicaciones para establecer hábitos alimenticios saludables.
«A estas alturas, todos sabemos la importancia de una dieta saludable para los niños. Hay muchos vegetales saludables, desafortunadamente con sabor amargo, que por lo general no son atractivos para los niños», dijeron los autores. Agregó que el estudio sugiere que «podríamos cambiar sus preferencias a esos alimentos incluso antes de que nacieran, manipulando la dieta de la madre durante el embarazo. Sabemos que tener una dieta saludable durante el embarazo es crucial para la salud de los niños. Y nuestra evidencia puede ser útil para comprender que ajustar la dieta materna puede promover hábitos alimentarios saludables en los niños».