Spirit Airlines anunció que sus accionistas votaron el miércoles para aprobar la venta de la aerolínea por $3,800 millones a JetBlue Airways, con sede en Nueva York, despejando el siguiente paso en un largo camino para fusionar las dos empresas. La aerolínea de descuento Spirit y JetBlue enfrentan ahora un arduo estudio de aprobación normativa por parte del Departamento de Justicia, que según los analistas será una dura batalla para crear la quinta mayor aerolínea del país.
El gobierno del presidente Joe Biden ha advertido que examinará de cerca las fusiones y adquisiciones de aerolíneas propuestas. Los viajeros no verán ningún cambio mientras las autoridades normativas analizan qué efectos tendría la fusión de estas dos aerolíneas en el mercado aéreo, un proceso que se espera que dure hasta dos años. Mientras tanto, Spirit y JetBlue seguirán volando como aerolíneas separadas. “Este es un importante paso adelante en nuestro camino para concretar una combinación que creará el más convincente competidor nacional de tarifas bajas a las compañías aéreas dominantes de Estados Unidos”, dijo Ted Christie, el presidente ejecutivo de Spirit Airlines, en un comunicado. Aunque Spirit y JetBlue sostienen que el acuerdo beneficiará a los consumidores porque permitirá a las dos compañías competir con las cuatro aerolíneas tradicionales del país, American, United, Delta y Southwest, hay desacuerdos.
La senadora federal Elizabeth Warren, demócrata de Massachusetts, escribió una carta al Departamento de Transporte en septiembre, en la que lo exhortaba a usar su autoridad “” para bloquear acuerdos que no sean “coherentes con el interés público”. “La competitividad de la industria aérea está en caída libre y los consumidores están sintiendo las consecuencias”, escribió la senadora Warren en su carta, señalando que cuatro aerolíneas controlan el 80% del mercado nacional. El Departamento de Justicia ya demandó a JetBlue y American Airlines por su Alianza del Noreste, que, según los funcionarios del departamento, merma la competencia en Nueva York y Boston. JetBlue respondió diciendo que se deshará de sus operaciones en Nueva York y Boston. Spirit, que emplea a más de 3,000 personas en el sur de la Florida, ha sido el centro de la mayor noticia del año en el sector aéreo.
La aerolínea anunció en febrero su intención de fusionarse con su compañera de tarifas ultrabajas Frontier Airlines, pero JetBlue frustró el acuerdo con una oferta más lucrativa y Frontier se retiró de la guerra de ofertas. El Condado Broward se arriesga a perder la sede de una importante aerolínea, según los términos del acuerdo que han acordado Spirit y JetBlue, con sede en Miramar. Si los reguladores federales lo autorizan, la aerolínea combinada permanecerá en la sede de JetBlue en Queens, Nueva York, y el presidente ejecutivo de JetBlue, Robin Hayes, estará al frente.
Funcionarios de Spirit afirman que JetBlue tiene previsto mantener una fuerte presencia en el sur de la Florida. No está claro lo que sucederá con la sede empresarial de Spirit previsto en Dania Beach, pero los funcionarios de la compañía han dicho que los planes de construcción siguen en marcha.
