Se acerca el momento de votar en el plebiscito de salida y a medida que pasa el tiempo los chilenos parecen cada vez más inconformes con el texto presentado por la Convención; una situación que puso en alerta a expertos y catedráticos que ahora proponen una alternativa de cambio que permitiría la creación de una nueva Constitución en caso de ganar el Rechazo.
La reciente encuesta Cadem revela que la mayoría ( 45% ) de los chilenos está a favor del rechazo debido a que el borrador constitucional no les convence, mientras que solo 36% está favor del apruebo.
A raíz del descontento de la mayoría, un grupo de académicos expresó su intención de elaborar una propuesta de Constitución alternativa, a través de un manifiesto, ya que a su juicio no resulta viable ni conveniente que la actual permanezca inalterada y, por otro lado, el borrador que será entregado el 4 de julio, estaría «lejos de concitar el amplio consenso ciudadano que requiere una Carta Fundamental».
En una carta pública titulada «Manifiesto Constitucional. Una Constitución Alternativa para Chile», los académicos de diversas tendencias políticas se unieron para ofrecer un nuevo camino que garantice el cambio que quiere la mayoría del país pero que aún no se ve representada por el texto de la Convención.
“Proponemos elaborar una nueva Constitución de no ser aprobado el borrador de Constitución en el Plebiscito constitucional del 4 de septiembre de 2022″, señala la misiva.
Los firmantes consideran que un rechazo plebiscitario «debiera abrir paso a otra etapa superior del proceso constituyente, que conduzca a la elaboración de una Carta que rescate los criterios y normas de los distintos proyectos y miradas constitucionales recientes, sin poner en riesgo los elementos esenciales y la estabilidad de la república democrática».
La propuesta de los 16 catedráticos se suma a la tercera vía presentada en el Congreso, donde de ganar el rechazo, la Constitución actual podría ser reformada para ajustarse a lo que desea la mayoría del pueblo chileno.
El proyecto plantea reducir los quórum de dos tercios y tres quintos que contempla la actual Constitución, como requisitos de su reforma, a un quórum uniforme de cuatro séptimos. De aprobarse, será más fácil hacer cambios profundos con el tiempo suficiente para analizarlos, discutirlos y generarlos sin que existan vacíos.
El texto presentado por la Convención es tan poco claro que de ser aprobado supondría la redacción de por lo menos 61 nuevas leyes y 73 adecuaciones normativas.
Por ejemplo, no explica qué pasará con los fondos de retiro en las AFP, ni cómo será el sistema de justicia para los chilenos tomando en cuenta que los pueblos originarios tendrán sus propios tribunales, no esclarece cómo se determinará qué territorios serán tomados por las comunidades indígenas y cómo serán indemnizados los actuales dueños; tampoco cómo se pagarán las expropiaciones ni quién determinará su costo. De igual modo el texto no especifica cómo se garantizará ese “derecho a la vivienda, al agua, a la salud y la educación”; y deja todas estas dudas para ser aclaradas posteriormente cuando ya no haya vuelto atrás.
Para quienes defienden que debe haber un cambio de Constitución pero están indecisos frente al texto de la Convención, quizás ahora haya una “luz al final del túnel” gracias a estas propuestas que legitiman el Rechazo como otra forma de generar el cambio.