El Banco Central constató, a través del Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del segundo semestre, la crisis sobre el sistema financiero, que tuvo un «cambio estructural», ya que las condiciones de acceso al crédito hipotecario retrocedieron 20 años y la salida de capitales ya supera los 10 mil millones de dólares este año, una magnitud similar a la crisis de 2008.
El «impulso a la demanda local» funcionó para reactivar la economía, pero la liquidación forzosa de activos impactó en el precio de activos, un deterioro de las finanzas públicas y un aumento de la incertidumbre.
Según dicen, la incertidumbre actualmente no es muy distinta a la de después de la crisis social de octubre. Esto derivó en mayores tasas de interés y depreciación de la moneda local (17%).
«El principal riesgo para la estabilidad financiera local proviene de nuevas liquidaciones forzosas de activos que continúen erosionando la intermediación de recursos y la mayor incertidumbre que esto conlleva», remarcó el presidente del Banco Central, Mario Marcel.
«Estos desarrollos limitan la capacidad del sistema financiero, empresas y hogares, para soportar correcciones y/o eventos disruptivos, los que han cobrado mayor probabilidad de ocurrencia, tanto en el ámbito interno como externo», agregó.
Actualmente el Congreso discute un proyecto de ley que permite un cuarto retiro del 10% de los ahorros para pensiones, que han sido promovidos por legisladores de oposición como una medida para paliar el efecto económico de la pandemia de coronavirus en los hogares.
Los casi 50 mil millones de dólares que salieron de los fondos de pensiones produjeron presiones inflacionarias. Esto corresponde a un 18% del PIB y afectó la capacidad de financiar créditos de largo plazo, por ejemplo, los hipotecarios, que retrocedieron 20 años.
El ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, recalcó -justamente- que el acceso a la vivienda es uno de los impactos más notorios que se produjeron en esta crisis.
Otro punto central es lo que ocurre con el debilitamiento del ahorro y la inversión. «Eso se grafica no solo con el reparto de utilidades en las empresas, que es de magnitudes históricas, sino también con la salida de capitales, que es muy grande, similar a la crisis de 2008», finalizó Marcel.