El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió hoy en el Capitolio a los demócratas, sus compañeros de partido, el apoyo para su proyecto de gasto social y ambiental, recortado a 1,75 billones de dólares, que la Casa Blanca cree que puede ser aprobado también en el Senado, donde la oposición republicana controla 50 de las 100 bancas.
Biden fracasó en su objetivo original de conseguir una votación favorable en el Congreso a un plan mucho más ambicioso, a pesar de que su partido tiene una escasa mayoría, antes de ir a Roma para reunirse con el papa Francisco y los líderes del G20, y luego a la cumbre de la ONU sobre el clima en Glasgow, Escocia.
Ante este panorama, realizó una dramática intervención para ofrecer a los demócratas un acuerdo demasiado bueno para rechazarlo, según dijeron funcionarios, con lo que espera tener al menos un acuerdo entre las manos que pueda esgrimir como una victoria política antes de partir hacia las cumbres.
«Necesito sus votos», le dijo Biden a los legisladores demócratas de la Cámara de Representantes.
Luego de la visita matinal a la sede del Congreso, el mandatario se dirigió al pueblo estadounidense desde la Casa Blanca, antes de partir rumbo al aeropuerto para subir al Air Force One.
Washington señaló que Biden presentará un proyecto de ley para destinar 1,75 billones de dólares a educación, cuidado de niños, energía limpia y servicios sociales.
Es una cifra mucho menor que el monto original de 3,5 billones de dólares que buscaban tanto el presidente como los demócratas del ala más progresista del partido.
Sin embargo, esto seguiría representando una importante victoria, un año después de que Biden derrotara al republicano Donald Trump con la promesa de sanar el «alma» de Estados Unidos.
Los demócratas se disputaron durante semanas por los detalles y costes del plan, amenazando con hundir el proyecto de ley junto con otra iniciativa destinada a invertir 1,2 billones de dólares adicionales en las deterioradas infraestructuras de Estados Unidos.
Ahora, Biden está seguro de que el Congreso aceptará su acuerdo, aunque el momento de la votación depende de la presidenta demócrata, Nancy Pelosi.
«Todo el mundo está a bordo», les informó el presidente a los periodistas a su llegada al Capitolio para reunirse con los líderes del partido. «Es un buen día», agregó.
Un alto funcionario de la Casa Blanca, que habló bajo anonimato, afirmó: «El presidente cree que este marco se ganará el apoyo de los 50 senadores demócratas y se aprobará en la Cámara de Representantes».
Otro funcionario dijo que los dos proyectos de ley impulsados por Biden representarían «inversiones históricas» y que la Casa Blanca «confía» en conseguir finalmente la unión de los demócratas.
Biden se vio frustrado en repetidas ocasiones, ya que sólo dos demócratas moderados en el Senado frenaron sus ambiciones de gasto social, mientras que los demócratas de izquierda en la Cámara de Representantes bloquearon el proyecto de ley de infraestructuras.
En respuesta a las críticas sobre la dilución del acuerdo original, un funcionario de la Casa Blanca señaló que incluso con 1,75 billones de dólares, el plan de Biden sigue representando «inversiones históricas en Estados Unidos».
«Será la inversión más transformadora en generaciones sobre rubros como la infancia y cuidados, el mayor esfuerzo para combatir el cambio climático de la historia, un recorte fiscal histórico para decenas de millones de familias de clase media, y la mayor expansión de la atención sanitaria asequible en una década», remarcó la fuente.