El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, promulgó la ley que permite aumentar en 480.000 millones de dólares el techo de la deuda federal hasta principios de diciembre y que salvó al país de caer en default, tras un acuerdo alcanzado entre demócratas y republicanos.
Justo lo hizo un día después de que se conociera que el índice de precios de consumo (IPC) de Estados Unidos subió al 5,4 % en tasa interanual, una décima más que en el mes anterior, la más alta en los últimos 13 años, según informó la Oficina de Estadísticas Laborales.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en septiembre fue del 0,2
Los precios de la energía subieron en septiembre un 24,8% y los de los alimentos subieron un 4,6%, según el informe del Gobierno.
Los precios que pagan los consumidores por la nafta aumentaron un 1,2% el mes pasado y subieron un 42,1% en un año, algo que ya se convirtió en un gran problema para la administración de Biden. El galón de gasolina hoy promedia los 3,32 dólares y la tendencia es al aumento.
Los índices de precios de alimentos y de vivienda contribuyeron en más de la mitad de los incrementos mensuales.
La inflación es uno de los principales motivos de preocupación en Estados Unidos, ya que se encuentra en niveles no vistos en más de una década, en el marco de una pandemia que no da respiro.
Hasta ahora, la Reserva Federal insistió en que las tasas elevadas de inflación tendrán un carácter transitorio, aunque los números demuestran todo lo contrario.
No obstante, el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, admitió que «las reservas de la cadena de suministro, que están teniendo un impacto corrosivo en la economía en general, se mantendrán hasta el próximo año, que será marcado por un entorno electoral de mitad de período para los demócratas, por la pandemia».
La crisis de la cadena de suministro tiene muchas causas, es profundamente compleja y está influenciada por muchos factores que el presidente no puede controlar, incluidos los brotes de Covid en los países exportadores y el hecho de que la mayoría de las industrias portuarias, de transporte y minorista de Estados Unidos están a cargo de empresas privadas a las que Biden no puede simplemente ordenarles que hagan su mayor esfuerzo.
Por otro lado, se pronostica que las muertes y hospitalizaciones por coronavirus seguirán en pleno descenso. Biden citó «un progreso importante», pero agregó: «Ahora no es el momento de ceder. Tenemos mucho más por hacer. Estamos en un período muy crítico mientras trabajamos para dejar atrás el Covid-19».
Si bien muchos de los problemas que obstaculizan la presidencia de Biden parecen intratables, los demócratas pueden al menos esperar que las cosas mejoren para el próximo año.
Si Estados Unidos se encuentra finalmente en el epílogo de la pandemia, los precios mundiales de la energía disminuyen y la crisis de la cadena de suministro disminuye a medida que el resto del mundo se acerca a vencer el Covid, los votantes pueden sentirse en un mejor estado de ánimo a medida que se acercan las elecciones de mitad de período. Pero por ahora, es un panorama económico difícil.