El presidente chileno, Gabriel Boric, anunció ayer una serie de metas económicas que -según los expertos- «no parecen factibles», en su primera rendición de cuentas públicas, que duró cerca de 35 minutos, ante el Congreso Pleno, en la ciudad balnearia de Valparaíso.
El mandatario, más allá de hacer hincapié en medidas y proyectos relativos a los cinco ejes fundamentales en los que se dividió su discurso -y que constituyen el sello de la agenda de gobierno- como Derechos Sociales, Mejor Democracia, Justicia y Seguridad, Crecimiento Inclusivo y Medio Ambiente, fijó una hoja de ruta para «reavivar la economía en un contexto que se prevé será de bajo crecimiento», de acuerdo a los expertos.
«Debemos lograr que la productividad vuelva a crecer al ritmo de 1,5% al año en lugar del estancamiento de los últimos diez. Si lo logramos el producto potencial podría crecer sobre un 4% anual», sostuvo Boric.
«A inicios de los años 2000, durante el mandato de Ricardo Lagos, esto se logró. Hoy también podemos», remarcó.
Pero lo cierto es que el rendimiento en Chile decreció en los últimos años, y si bien el último informe de la Comisión Nacional de Productividad (CNP) reveló que el país logró aumentarlo en 2021, dejando atrás los datos negativos 2019 y 2020, es real que esto sucedió como consecuencia de la reactivación impulsada por los apoyos sociales para enfrentar la pandemia, los retiros previsionales y la flexibilización de las condiciones sanitarias.
En ese sentido, Boric también resaltó «la necesidad de recuperar la inversión, no solo como una fuente de ampliación de la capacidad productiva, sino también como vehículo del progreso tecnológico, la innovación y la aplicación del conocimiento», para lo cual se requeriría, según detalló, «reducir la incertidumbre y generar buenas condiciones financieras».
Sin embargo, varios especialistas ven con cierto reparo la viabilidad de implementar estas metas en medio del álgido período político-social por el que atraviesa el país, según consignó Emol.
Tomás Izquierdo, economista y gerente general de Gemines Consultores, afirmó: «Lo encuentro un desafío atractivo, pero me cuesta creer que sea factible».
«Si los objetivos son volver a crecer, hay que atacar temas bien de fondo. Uno es despejar incertidumbre y generar una sensación de estabilidad en el marco regulatorio en general, que afecta a la economía y a cada una de sus industrias. Eso es esencial para echar a andar la inversión. Sin inversión no hay crecimiento, y de hecho, se proyecta que caiga este año y el próximo, según el propio Banco Central», añadió.
Y continuó: «Chile está en una crisis política, en una crisis de gobernanza hace un buen rato, que ha significado que la agenda de los últimos gobiernos, en parte significativa, se han quedado frustradas, no han podido avanzar porque el Parlamento no les ha dado su apoyo, y han quedado atrás reformas que son clave, que son fundamentales, que tienen consenso técnico, y que por problemas políticos no han logrado salir adelante. Quizás el caso más emblemático es la reforma al sistema de pensiones», puntualizó.
«La clave está en partir despejando los temas más apremiantes en el ámbito de la crisis política y de gobernanza que estamos viviendo, y después, lograr que el sistema político logre acuerdos, consensos para avanzar en una agenda que técnicamente se conoce», sentenció.
Por su parte, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI Estudios, manifestó: «Bajo el actual escenario no están las condiciones para lograr esas metas, que además requieren de tiempo y una mirada de largo plazo. No parece factible, por ahora al menos, y más bien estamos apuntando en términos económicos a un crecimiento potencial algo bajo 2%».
«Lo que señala el Presidente es una legítima aspiración, pero exige de consensos, acuerdos transversales y miradas amplias, cuestiones que hace tiempo no se ven», subrayó.
Y siguió: «Estoy de acuerdo con la urgencia de recuperar la inversión, pero para ello se requiere reducir la incertidumbre, entregar señales que incentiven nuevas inversiones y que se faciliten los procesos de evaluación y aprobación de proyectos. La tasa de inversión en Chile se ha reducido en los últimos años, y ello naturalmente afecta el crecimiento de largo plazo de la economía», opinó.
«Por ahora no se ven señales en esa dirección, más aún cuando la propuesta constitucional más bien genera incertezas y abre dudas jurídicas en materias clave», concluyó.
La reforma previsional
Justamente en este punto entra en juego otra ambiciosa propuesta mencionada por Boric, la reforma previsional que espera presentar en agosto de este año, dado que ella aseguraría el derecho a una pensión básica de 250.000 pesos, garantizada por el Estado, a todos los mayores de 65 años.
«Me comprometo a que con esta reforma en régimen cada habitante de nuestra patria, de 65 años o más, tendrá derecho a una pensión básica garantizada por el Estado de 250 mil pesos», enfatizó el presidente desde Valparaíso.
Sobre esto, el economista y académico de la Universidad del Desarrollo, Felipe Berger, explicó: «Cualquier reforma previsional que, de alguna manera, pretenda entregar pensiones garantizadas por el Estado, implica importantes gastos fiscales. Y en este sentido, en el marco de la hacienda pública, se observan déficit fiscales y niveles de deuda bastante importantes».
«Hay que ser consistente con mantener los equilibrios fiscales, por esta razón lo más probable que los recursos ellos esperan que se recauden por la reforma tributaria que se estaría presentando en las próximas semanas, toda vez que esta reforma lo que pretende es incrementar la recaudación», añadió.
Y advirtió: «Cuando se observan incrementos en los impuestos, ello genera efectos negativos sobre la actividad, y genera también fugas masivas, o disminución masiva de lo que es la inversión, por lo tanto, hay que tener cuidado de mantener los equilibrios, queriendo aumentar la recaudación, para poder financiar este tipo de políticas públicas», aseveró.
Berger, en cuanto a temas de productividad, aseguró: «Incrementar la productividad en 1,5% al año es una meta bastante difícil, dado que al revisar los últimos datos se ha visto una disminución de la productividad, es decir, los trabajadores chilenos somos menos productivos», recalcó
«Hay un desafío bastante importante, y ese desafío dice relación con que se deben generar políticas que flexibilicen los mercados en vez de rigidizarlos», consideró.
Y en esta óptica, al revisar los contenidos de la cuenta pública, así como del programa de Boric, «no se observan medidas concretas que vayan en aras de flexibilizar los mercados y con ello mejorar la productividad», amplió.
«Yo no creo que sea una meta posible, por lo menos en el corto plazo, a menos que, efectivamente, se observen medidas concretas que vayan en esa dirección», zanjó Berger.
«Lo urgente es lo político»
Los economistas llamaron a poner el foco en el largo plazo para poder encaminar al país hacia los objetivos esbozados por el presidente, y así poder impulsar la alicaída economía chilena.
En tal sentido, Lehamnn planteó: «Se requiere recuperar la política de los acuerdos y consensos, no solo en materia económica, sino también en señales concretas que permitan abordar la violencia e inseguridad que afecta gravemente a nuestro país».
«Las políticas populistas que han dominado la agenda en los últimos años atentan contra cualquier propósito que permita darle un impulso sostenible a nuestro economía. Ojalá que los políticos de todos los sectores comprendan esta necesidad y fijen su mirada en el largo plazo. Mientras no se vean cambios contundentes en esa dirección, no será posible lograr los objetivos propuestos», reiteró.
Por último, Izquierdo aclaró: «Lo urgente es lo político, despejar la incertidumbre política, de manera tal que este país vuelva a tener una cierta gobernanza. Después definir reglas del juego lo más estables posibles que van a regular el ámbito económico, y después abocarse a temas críticos, que son inversión en conocimiento, en investigación y desarrollo y en educación», finalizó.