La brusca caída de la imagen positiva del presidente de Chile, Gabriel Boric, en las encuestas llamó la atención en los medios locales, acostumbrados a relatar una especie de «luna de miel» en los primeros meses que cada persona ocupó La Moneda, tales son los casos de sus antecesores Michelle Bachelet y Sebastián Piñera.
La encuestadora Cadem, que realiza estos estudios semanalmente, reflejó el lunes 24 de abril la tendencia a la baja: solo un 36% respaldó su gestión, mientras que su desaprobación alcanzó el 53%. Pero en el último sondeo los números bajaron aún más: 46% negativo y 37% positivo.
«En un comienzo, la aprobación cayó más entre quienes no votaron por Boric en segunda o en primera vuelta, afectados por temas como el orden público. Pero esta semana vimos una caída en su electorado», reveló Roberto Izikson, gerente de Asuntos Públicos y Estudios Cuantitativos de Cadem.
Por primera vez en la administración del joven izquierdista «hay más pesimismo que optimismo, y las expectativas de consumo están en su nivel más bajo desde 2014».
En su segundo mandato, Michelle Bachelet, recién en la semana 33, reflejaba más rechazo que aceptación en los sondeos.
Incluso el antecesor de Boric, Sebastián Piñera, quien dejó el cargo con la menor aprobación desde 1990, tuvo una caída en la semana 37.
¿Por qué ha caído drásticamente la popularidad de Gabriel Boric?
«La pérdida de popularidad de Boric quizás haya sido más rápida de lo normal porque fue una elección bastante polarizada, a diferencia de las anteriores», opinó Miguel Ángel Martínez Meucci, profesor de estudios políticos en la Universidad Austral de Chile.
De hecho, la encuesta de Cadem confirma que los segmentos donde se registra la desaprobación más alta son las personas que se identifican con la derecha (78%) y los que votaron por José Antonio Kast (89%) en el balotaje de 2021.
«Otro punto es la Convención Constitucional que legisla actualmente para dar con una nueva carta magna en Chile. La popularidad del presidente está bastante atada a esa circunstancia particular, coyuntural», agregó.
«Hay una especie de vinculación con la popularidad de la Convención Constitucional. Los últimos sondeos muestran que las dudas y el escepticismo con respecto a la labor de la Convención Constitucional han ido elevándose a lo largo de las últimas semanas», sentenció Martínez Meucci.
Efectivamente por cuarta semana consecutiva -según Cadem- el rechazo (46%) está por encima de la aprobación (37%), con miras al plebiscito de salida del 4 de septiembre próximo.
Jeanne Simon, de la Red de Politólogas, afirmó: «La Convención incide, pero es el Gobierno el que no logra generar confianza en su capacidad de manejar la inflación».
En tal sentido, el Ejecutivo de Boric no solo acordó con la Central de Trabajadores el aumento del 12,5% del salario mínimo sino que además anunció un programa para ayudar a 1,5 millones de hogares, tras un mes de marzo en el cual la inflación tuvo un incremento anual de 9,4%.
«Hay distintas razones para su caída. No ha logrado comunicar bien lo que está haciendo. Algunas ministras/os tienen un relato, pero muchos no. Hay errores no forzados, así como una campaña en redes sociales que va generando una sensación de crisis», profiundizó Simon.
El caso más sonado es el de la ministro del Interior, Izkia Siches, quien se llevó múltiples reflectores luego de una falla de seguridad que la expuso en una visita al sur a una zona en conflicto entre el pueblo mapuche y el Estado.
Además tuvo una errática actuación en el Congreso, donde hizo una falsa denuncia sobre la expulsión de migrantes emprendida por el gabinete de Piñera.
«La ministra Izkia Siches ha tenido varios errores en sus alocuciones públicas, y también el propio Boric ha tenido alguna que otra actuación polémica», afirmó Martínez Meucci; mientras que Simon opinó que el Interior «no ha logrado explicar bien su estrategia», puntualizó.
Boric, quien todavía no cumple dos meses en el cargo, inició sus funciones en medio de enormes expectativas tanto en Chile como a nivel internacional. Su discurso renovador y su juventud generaron ilusión en la población, empero la situación cambió.
«Ahora, en el poder, hay mucha desconfianza y no se sabe qué esperar de él», de acuerdo a Simon. «También el dólar se ha disparado», concluyó Martínez Meucci.