Agricultores aseguran que el nuevo texto generaría un aumento inminente en los precios de alimentos, debido a los nuevos derechos del agua
Se acerca el momento en que los chilenos deberán tomar la decisión entre votar Apruebo o votar Rechazo a la nueva Constitución redactada por la Convención; sin embargo, la mayoría de la población no ha leído el borrador que podría definir el futuro del país.
Uno de los temas más controvertidos y que aún se discute, es la implicación que tendrá la nueva Constitución en el futuro económico en medio de un panorama que actualmente es desfavorable.
Chile enfrenta la inflación anualizada más alta en los últimos 28 años con una tasa de 11,5%; mientras esto sucede, el precio del dólar se eleva asomando un futuro oscuro para la nación.
La Convención por su parte, propuso una serie de normas que afectarán directamente la economía de la nación; tal es el caso de los derechos de aprovechamiento de agua y cómo el nuevo texto podría generar un aumento inminente en los precios de las materias primas y de los alimentos.
El texto propuesto señala que “el Estado velará por un uso razonable de las aguas. Las autorizaciones de uso de agua serán otorgadas por la Agencia Nacional de Aguas, de carácter incomerciable, concedidas basándose en la disponibilidad efectiva de las aguas, y obligarán al titular al uso que justifica su otorgamiento”.
¿Qué significa en la práctica?
Significa que los derechos de agua existentes actualmente quedan inmediatamente sin efecto con la nueva Constitución, afectando directamente a la agricultura nacional que depende de esos derechos y acciones de agua.
En caso de aprobarse el nuevo texto los agricultores dependerán de la nueva autoridad del agua para que les otorgue las nuevas «autorizaciones de uso», que serán incomerciables y temporales.
Cuando se habla de derechos “temporales” se habla de un tiempo determinado, entonces, ¿qué garantía tendría cualquier empresa que quiera invertir en la ganadería si no sabe por cuánto tiempo podrá estar activa?
Incluso, si a un agricultor se le concediera una «autorización de uso» para continuar regando un huerto de tomates limachinos, y quisiera vender dicho huerto, no podrá asegurar la disponibilidad del agua al comprador, dejando en un limbo al mismo agricultor y al futuro inversionista.
Menos semillas, menos producción
De acuerdo con el diario La Tribuna, un vocero del gremio de productores de semillas de Chile, dijo que las normas aprobadas en la Convención Constituyente, referidas a seguridad alimentaria, uso de aguas y restitución de tierras no permitirían que el país avance en materia agrícola, en momentos en que las semillas resistentes al cambio climático son necesarias para mantener los resultados de los predios agrícolas.
El director ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Semillas (Anpros), Mario Schindler, explicó que “se ha planteado transferir la responsabilidad de esta soberanía alimentaria, solamente a los pequeños agricultores y utilizando lo que llaman variedades ancestrales”.
El dirigente gremial consideró que lo anterior “es poco realista y demuestra un desconocimiento profundo de la realidad de la agricultura de Chile, el cargarle a los pequeños agricultores y a las variedades ancestrales la responsabilidad de alimentar a Chile”.
“En Chile, todos los agricultores que forman parte de nuestra realidad rural y todas las semillas, ya sean las agrícolas responsables de la gran mayoría de la alimentación de Chile o las que se usan en la agricultura ancestral son importantes”, indicó.
El director ejecutivo de Anpros expresó también su preocupación sobre “la expropiación de los derechos de agua a los agricultores que los tengan actualmente y una administración de una Junta Nacional o Agencia Nacional de Aguas que genera una incertidumbre mayor respecto a lo que va a pasar con este recurso”.
“Sin agua no hay alimentos y afecta de manera transversal a toda la agricultura y sociedad, tampoco sabemos qué pasara con las tierras con todos los artículos vinculados a la restitución de tierras, expresó.
