Enormes colas y escenas violentas se observaron hoy en surtidores de las estaciones de servicio de todo el territorio británico como consecuencia de la crisis de combustibles que ya entró en el quinto día, debido a la falta de choferes de camiones cisterna, situación que, presumen las autoridades, se agravará aún más.
Los problemas con el abastecimiento debido a la escasez de conductores del transporte de carga que provenían de la Unión Europea (UE) son atribuidos a la pandemia, pero se agravaron con el Brexit, ya que muchos trabajadores europeos decidieron abandonar el Reino Unido.
La situación afecta también a las cadenas de suministro de diversos bienes y servicios, lo que dejó las estanterías de los supermercados vacías de algunos artículos y hace temer que haya escasez durante la Navidad.
El secretario de Transporte, Grant Shapps, intentó transmitir algún viso de esperanza al indicar que hay «indicios tentativos» de que la crisis se calme, aunque admitió que ello «no se reflejará» en la situación actual.
«Ahora hay los primeros signos muy tentativos de estabilización en el almacenamiento de la explanada que aún no se reflejarán en las colas», dijo Shapps, y agregó: «Pero es la primera vez que vemos más gasolina en las estaciones de servicio».
Mientras tanto, en lo que en el Reino Unido se llama «compras por pánico», hubo hoy enfrentamientos y peleas entre automovilistas en las estaciones de servicio de todo el país, de las que se estima nueve de cada diez distribuidoras ya no tienen combustible.
En Welling, al sureste de Londres, un hombre sacó un cuchillo para atacar a otro mientras esperaba dentro del automóvil en una larga fila para cargar combustible, una escena que terminó con el atacante arriba del capó tras ser empujado por el automovilista agredido.
También en una estación de servicio Esso, en la localidad de Sidlesham, cerca de Chichester en West Sussex, al sur de Inglaterra, dos grupos de hombres se enfrentaron violentamente durante la espera.
Mientras tanto, el Gobierno es acusado de no hacer lo suficiente para aliviar la situación y de descartar hasta la posibilidad de que sea el ejército el que brinde ayuda, al menos para cumplir con el abastecimiento de los servicios esenciales como las ambulancias, los automóviles de los médicos y de los docentes.
En ese sentido, hasta la Asociación Médica Británica (BMA) está pidiendo que se dé prioridad al personal sanitario y a los trabajadores esenciales para acceder al combustible, que hicieron colas durante horas para llenar sus tanques.
Para paliar la crisis el Gobierno anunció que otorgará 10.500 visas a choferes y trabajadores de camiones en el extranjero, a quienes se les permitirá trabajar en el Reino Unido hasta la víspera de Navidad.
Esta medida supone un cambio radical en la política del primer ministro, que endureció las reglas de inmigración tras la salida del país de la UE y reiteró la necesidad de acabar con la dependencia de la mano de obra del exterior.
Sin embargo, es poco probable que los choferes de la UE regresen con visas temporales, ya que los sindicatos europeos, mencionaron la forma en que fueron tratados la Navidad pasada, los malos salarios y la falta de servicios básicos para el sector en el Reino Unido.
Olaf Scholz, el hombre que aspira a reemplazar a la canciller alemana Angela Merkel, dijo que la libre circulación de trabajadores era un beneficio de la UE que el Reino Unido había decidido dejar atrás y que la escasez de camioneros que afecta al Reino Unido es una consecuencia del Brexit y los bajos salarios.
«Trabajamos muy duro para convencer a los británicos de que no abandonaran la Unión Europea. Ahora decidieron diferente y espero que manejen los problemas que surgen de eso», concluyó Scholz.