Crisis en Venezuela

El empleo formal en Venezuela, tras una crisis que contrajo la economía un 80% entre 2013 y 2021, se redujo en 4.4 millones de puestos, casi un tercio de la población económicamente activa, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), de la Universidad Católica.

De hecho, solo el año pasado se perdieron 1,3 millones de empleos formales, reveló la misma investigación.

En Venezuela apenas un 40% del empleo hoy es formal, según Encovi, pero si se tienen en cuenta otros estudios, como aquellos que miden la informalidad por la cantidad de gente inscrita en el seguro social, la formalidad se reduce a 20%, lejos la cifra más baja en América Latina.

 

Los videojuegos, una fuente de ingresos en dólares

Los venezolanos encontraron en Axie Infinity, un videojuego de computador o celular que tiene el objetivo de crear personajes con poderes que luego se comercializan a través de NFT (o token no fungible), un ingreso de 800 dólares al mes en promedio.

Según SimilarWeb, un medidor el tráfico en internet, Venezuela es el segundo país después de Filipinas con más usuarios de Axie Infinity.

«Hay varias maneras de monetizar y la inversión no tiene que ser tan grande», señalaron varios venezolanos.

«El sistema tiene algo de cooperativa, porque para ganar se necesitan otros jugadores», agregaron.

«Es la manera que encontramos de generar dinero extra, porque la situación es muy complicada», coincidieron.

 

El final del empleo formal

La expresión «matar un tigre» en Venezuela se usa para hacer un trabajo ajeno a la especialidad, pero que permite sobrevivir. Surgió en la escena del entretenimiento de los años 30, cuando muchos músicos no eran profesionales.

Desde entonces, y sobre todo ahora, después de una de las crisis económicas más duras registradas en la historia de América Latina, los venezolanos hablan de sus «tigritos».

«Como trabajar en la informalidad da más plata, muchos, sobre todo en el sector público, o han renunciado o simplemente no van y se dedican a otras cosas», explicó Demetrio Marotta, economista y consultor empresarial.

«El Estado colapsó y la seguridad social dejó de ser un mecanismo de tener una vida estable», agregó.

En tal sentido, Asdrúbal Oliveros, otro economista, señaló que: «La hiperinflación no solo destruyó la moneda, sino la mayoría de los empleos y acabó con la estabilidad laboral; esa precarización hace que la gente priorice trabajos que resuelven el día a otros que en teoría les dan estabilidad».

«La dolarización se dio más rápido en la estructura informal que en la formal, donde muchas empresas siguen pagando en bolívares», sentenció.