La tala en la mayor selva tropical del planeta, la Amazonia de Brasil, totalizó 13.235 kilómetros cuadrados en el período 2020-2021, el mayor valor desde 2005-2006 (14.286 km2), según registros del sistema de vigilancia de deforestación PRODES, del brasileño Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
Es el tercer aumento anual bajo mandato del presidente Jair Bolsonaro, quien busca combatir las críticas internacionales que lo responsabilizan de promover estas alzas con políticas que debilitaron la fiscalización y su discurso favorable a las actividades extractivas en áreas protegidas.
Antes de que Bolsonaro llegara al poder en enero de 2019, la Amazonia brasileña no registró ni un solo año con más de 10.000 kilómetros cuadrados de deforestación en más de una década.
Entre 2009 y 2018, el promedio fue de 6.500 kilómetros cuadrados. Desde entonces, los números se dispararon a 11.405 kilómetros cuadrados.
«Es una vergüenza. Es un crimen», afirmó Márcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, una red brasileña de grupos medioambientales sin ánimo de lucro.
«Estamos viendo cómo la selva amazónica es destruida por un gobierno que hizo de la destrucción ambiental su política pública», agregó.
Bolsonaro asumió el cargo con promesas de desarrollar la Amazonia, restándole importancia a las protestas mundiales por su destrucción, y con el tiempo desacreditó a las autoridades medioambientales.
«Las cifras suponen un desafío para nosotros y tendremos que ser más contundentes en relación con los delitos ambientales. Ciertamente ampliaremos nuestra actuación en la región», admitió el ministro de Medio Ambiente, Joaquim Leite, en una rueda de prensa en Brasilia poco después de conocerse el documento.
Sin embargo, el funcionario afirmó que los datos «no reflejan exactamente la actuación de los últimos meses».
El Gobierno aseguró que intensificó sus acciones para combatir la deforestación ilegal con una mayor presencia de efectivos en el terreno en los últimos 90 días, enfocado en los 23 municipios con mayor incidencia de crímenes ambientales.