Latinoamérica se vio sobrepasada y no fue capaz de responder a la alta demanda que el e-commerce y la crisis naviera provocaron sobre los vuelos de carga, porque sus capacidades son muy limitadas y la oferta se quedó corta.
Las aerolíneas buscaron ganar espacio en sus aviones para aprovechar las históricas tarifas, pero el desequilibrio en la región es mucho más complejo.
«La solución está en el aire». La frase le pertenece al gigante naviero AP Moller-Maersk, la compañía de barcos cargueros más grande del mundo, que buscó en el aire una salida a los cuellos de botella ante la escasez de contenedores que mantuvo a los puertos marítimos congestionados desde inicios de año.
«Lo que estamos haciendo es darles una solución a los clientes», explicó Juan José Ballesteros, product management director de Maersk para la Costa Oeste de Sudamérica.
El caso de Maersk no es el único. La alta demanda de bienes de consumo y fabricantes ávidos de piezas tiene a los grandes mercados como Norteamérica, Asia y Europa copando los vuelos de carga que salen al rescate –literalmente– de la mercadería que se estancó en los puertos debido a la crisis de la logística portuaria.
Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), los aviones de carga volaron más llenos este verano (boreal) que en cualquier otro momento desde que comenzó a llevar registros en 1990.
Pero el escenario en general es más complejo, porque no toda la carga puede ser transportada en avión y porque hay cargas cuyos costos son relativamente bajos y no soportan los altos precios de los fletes aéreos, que, como los marítimos, están por las nubes debido a la alta demanda.
Dentro de este complicado panorama, América Latina se quedó atrás, y no tanto porque sus necesidades sean distintas, sino porque sus capacidades son limitadas y no le permitieron responder a la febril demanda generada por el boom del e-commerce y congestión en las terminales portuarias, según los expertos.
«Latinoamérica no está siendo capaz de captar toda la capacidad. No está siguiendo el crecimiento de la demanda como sí lo están haciendo Europa y Norteamérica”, afirmó Ballesteros.
Según el reporte de agosto de la IATA el transporte de carga aérea (medido en toneladas-kilómetros) continuó creciendo fuerte a nivel global con un 7,7% en el octavo mes de 2021, respecto al mismo período de 2019, mientras Latinoamérica mantiene este factor en números rojos con un -13,2% (un retroceso frente al mes anterior en el que la caída fue de 9,8% y una mejora respecto a junio, cuando registró -19,9%), con una capacidad reducida en -27,1%.
En la región, este desbalance tiene su origen principalmente en que la mayoría de la carga aérea se transporta en aviones de pasajeros de doble pasillo, y cuando se impusieron las restricciones por la pandemia, las aerolíneas dejaron sus aviones en tierra afectando el espacio disponible.
Las aerolíneas en Latinoamérica hicieron lo posible para adaptarse y responder a la alta demanda. Muchas de ellas transformaron algunos de sus aviones de pasajeros en una suerte de aviones cargueros. Pero no fue suficiente. Y eso es grave ya que el alto consumo impulsado por el e-commerce no se detendrá, al menos, hasta 2024, según datos del Statista Digital Market Outlook.
Pero no es un trabajo solo de las aerolíneas. La otra realidad, es que la región carece de una adecuada infraestructura aeroportuaria y logística que permita generar una mayor capacidad de carga.