Estados Unidos anunció que los padres y tutores que residan legalmente en el país y que tengan a su cargo niños en El Salvador, Guatemala y Honduras podrán solicitar un permiso para traerlos a vivir consigo en territorio norteamericano, en el marco del Programa de Menores de Centroamérica (CAM, por sus siglas en inglés), según lo confirmaron los departamentos de Estado y Seguridad Interior.
Este programa, creado justamente por el demócrata Biden en 2014 cuando era vicepresidente de Barack Obama y que fue cancelado en 2018 en el marco de la dura política antiinmigración del expresidente republicano Donald Trump, les permitirá vivir legalmente en Estados Unidos a niños y adolescentes que estén en riesgo en El Salvador, Guatemala y Honduras.
La administración Biden permitió en marzo la reapertura de los casos pendientes desde el 31 de enero de 2018 y en junio amplió las condiciones para participar en el CAM. Además de los padres, ahora también podrán solicitar este beneficio los tutores legales y los adultos con estatuto legal pendiente, incluidos los que pidieron asilo y aguardan la resolución de sus casos.
«La reapertura del CAM junto con la expansión de la elegibilidad son componentes del enfoque múltiple del presidente Biden para abordar los desafíos de la migración irregular a través de Centroamérica y Norteamérica», señaló el comunicado oficial.
El gobierno demócrata, que prometió un sistema de inmigración «justo, ordenado y humano», está bajo fuertes críticas de la oposición republicana, que lo acusa de crear una crisis humanitaria en la frontera.
Desde junio de 2020, el número de migrantes que intentaron cruzar ilegalmente a Estados Unidos desde México se multiplicó durante la pandemia de Covid-19, muchos de ellos menores de edad no acompañados por un adulto.
En julio, el cruce de indocumentados en la frontera sur estadounidense batió un récord en 21 años: más de 200.000 migrantes fueron detenidos, según las últimas cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Casi 19.000 eran menores solos, de los cuales la mayoría provenía de los países del Triángulo Norte centroamericano: 8.015 de Guatemala, 5.629 de Honduras y 2.115 de El Salvador.
Con la reactivación del CAM, la administración Biden busca frenar este flujo de migración irregular y cortar el negocio de los «coyotes» (traficantes de personas), evitando así el peligroso viaje al norte de niños y jóvenes solos.
«Si bien la solicitud debe ser presentada aquí en Estados Unidos por un padre o tutor legal (…), el procesamiento del CAM ocurre completamente en El Salvador, Guatemala y Honduras», explicó un alto funcionario gubernamental durante una teleconferencia con periodistas.
«Es importante tener en cuenta que los menores que califican no pueden acceder a este programa desde México o la frontera sur de Estados Unidos», subrayó.
El trámite, que incluye pruebas de ADN para los hijos biológicos y declaración jurada en caso de menores adoptados, puede durar de seis a 12 meses, aunque con las dificultades de la pandemia podría extenderse un poco más.
Desde 2014 y hasta que Trump puso fin al CAM, el Departamento de Seguridad Interior (DHS) recibió 10.500 solicitudes de admisión de menores centroamericanos en Estados Unidos. Solo 3.000 personas, tanto bajo condición de refugiados como con entrada condicional temporal, fueron aceptadas.
Otros 2.500 obtuvieron el permiso de entrada condicional temporal, pero no pudieron viajar a Estados Unidos antes de que la administración Trump se los rescindiera en agosto de 2017, según el National Immigration Forum, un grupo de defensa de inmigrantes con sede en Washington.