No importa en qué país viva la persona. Tampoco su poder adquisitivo. Cada vez se reportan más víctimas de los ataques cibernéticos de los hackers en todo el mundo, el punto débil de las plataformas de intercambio de criptomoneda. Llegó el momento de que aumenten los controles de seguridad, porque de lo contrario perderán a sus clientes.
El último ataque importante se produjo en Liquid Global, la plataforma con sede en Japón, en la que sus clientes perdieron cerca de 100 millones de dólares.
Los casos de las víctimas van de los dos mil dólares de un taxista en Italia, pasan por 40 mil de una ama de casa en Nueva Zelanda hasta más de un millón de un ingeniero en México.
Si bien la empresa nipona, que cree que no recuperará esa suma de la estafa, se comprometió a devolverle el dinero perdido a los clientes, el malestar, la bronca, indignación y preocupación están presente. Esto que les ocurrió, además, les generó altos picos de estrés
La compañía reveló que lleva a cabo «una exhaustiva revisión de seguridad» y les aseguró a sus usuarios «que no sufrirán ninguna pérdida debido al incidente». Pero los clientes se quejaron porque «no les informaron directamente del hackeo» y denunciaron que se enteraron de lo ocurrido «por los tuits de la compañía o por las noticias».
No obstante, Liquid Global no es la única plataforma digital -pieza clave en el creciente mundo de la compra y venta de criptomonedas, como bitcoin o ethereum, por citar algunas- hackeada, ya que Poly Network este año perdió 610 millones de dólares.
Otros sitios que sufrieron ataques cibernéticos fueron MtGox: 450 millones en 2014; BitGrail (146 millones) y Coincheck (534 millones) en 2018; y KuCoin (281 millones en 2020).
Decenas de otros ataques cibernéticos por montos inferiores contra los servicios de criptomoneda en la web se dieron por una cifra cercana a los 2.196 millones de dólares desde el 2014.
Los analistas financieros sostienen que los sistemas de criptomonedas no están aprendiendo las lecciones de seguridad lo suficientemente rápido. «El sistema tradicional de la banca es increíblemente protectora de la seguridad y tiene controles hasta el tope», coinciden.
«En realidad los bancos sufren ataques cibernéticos todo el tiempo. Simplemente están mejor defendidos y también tienen la responsabilidad de reembolsar a sus clientes, lo que las plataformas de criptomodenas no tienen», explican.
«Parte del problema es que estos sistemas están armados sobre una tecnología de código abierto. El código abierto es fantástico porque usa la inteligencia colectiva de una comunidad para mejorar el software y los protocolos, pero la otra cara de la moneda es que algunas mentes brillantes allá afuera podrían encontrar unas debilidades en el código», sentencian. Ese es el lado B del vertiginoso mundo de las criptomonedas, el boom de las inversiones digitales en todo el mundo.