El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se impuso en las elecciones regionales, con 20 de las 23 gobernaciones en disputa más la Alcaldía de Caracas, según informó el Consejo Nacional Electoral (CNE), tras la extensa jornada para renovar los mandatos de todos los gobernadores, alcaldes y legisladores regionales y municipales en el país caribeño.
La oposición -que volvió a participar en elecciones luego de tres años de boicot y llamados a la abstención- ganó en tres estados: Cojedes, Nueva Esparta y Zulia, el más poblado del país, según el mismo ente.
En las elecciones votaron apenas el 41,8 % de la población apta para emitir el sufragio, lo que supone 8.151.793 personas.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebró el triunfo de los candidatos del oficialismo.
«Las fuerzas revolucionarias hemos ganado 21 de 24. Buen triunfo, buena victoria, buena cosecha, producto del trabajo perseverante, producto de llevar la verdad con rectitud a todas las comunidades», destacó el primer mandatario nacional a través de una transmisión en vivo.
«Los más de 300 veedores de 55 países se movieron en total libertad. Les damos las gracias a todos los miembros de mesa, partidos políticos, a los soldados del Plan República», agregó.
Maduro, sobre los tres candidatos de oposición que ganaron en los estados Cojedes, Zulia y Nueva Esparta, expresó: «Espero poder trabajar con ellos a través del diálogo y el entendimiento para realizar planes de acción en conjunto en beneficio de las comunidades».
«Vamos a trabajar con diálogo, entendimiento, con buena voluntad, les tiendo mi mano a los opositores para apoyar a los estados donde han sido electos, una vez más con buena voluntad y fe», reiteró.
Maduro adelantó que en los próximos días convocará el Consejo de Gobierno en el que espera la asistencia de Manuel Rosales, José Galindez y Morel Rodríguez, quienes fueron los tres ganadores por parte de la oposición en los estados Zulia, Cojedes y Nueva Esparta.
El Gobierno busca, así, ganar legitimidad internacional, tras las elecciones presidenciales de 2018 y las parlamentarias de 2020, desconocidas por más de 50 países, y de ese modo recuperar el manejo de fondos en el exterior bloqueados por sanciones de diversas naciones y organismos internacionales.
La oposición, por su parte, procura recuperar espacios de cara a las presidenciales de 2024, tras la abstención mayoritaria en los comicios de 2018 y 2020.
Por primera vez desde los comicios presidenciales de 2006, el Gobierno admitió la actuación de observadores electorales en vez de los habituales «acompañantes».
La diferencia es que mientras los observadores eligen qué partes del proceso supervisar y qué lugares visitar, los acompañantes solo pueden acceder a donde los invita el Gobierno.
Para este proceso electoral se acreditaron ocho misiones de observadores extranjeros -incluidas la ONU, la UE y el Centro Carter- y seis de locales.