El Salvador, el primer país en el mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, enfrenta una grave crisis económica debido a que la caída de las criptomonedas redujo más de un tercio del valor de las tenencias del Gobierno, y también por los costos de endeudamiento global en aumento y un gran pago de deuda en el horizonte.
Bajo la administración del presidente Nayib Bukele, un partidario de la criptomoneda, El Salvador apostó por bitcoin, no sólo convirtiéndose en el primer país del mundo en adoptarlo como moneda de curso legal, sino también esbozando planes para un centro de criptominería impulsado por un volcán y planea emitir el primer bono soberano vinculado al criptoactivo.
Con los costos de endeudamiento global en aumento y un gran pago de deuda en el horizonte, El Salvador tiene otros dolores de cabeza fiscales además del impacto del desvanecimiento de la criptomoneda, según la agencia de noticias Reuters.
Pero la caída de las criptos también cerraron algunas rampas de salida potenciales de la crisis, incluido el bono de bitcoin, ahora pospuesto.
No todo es culpa del bitcoin
«Los problemas financieros del Gobierno no son por el bitcoin, pero han empeorado por culpa de bitcoin», sostuvo Ricardo Castaneda, economista senior y coordinador de país para El Salvador y Honduras en el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).
«Para el Gobierno el bitcoin dejó de ser una solución y se ha convertido en parte del problema», agregó.
Es que el bitcoin ha caído un 45% desde que El Salvador lo adoptó oficialmente a principios de septiembre, y un 26% desde su máximo de mayo, ya que los criptoactivos se vieron arrastrados por un entorno de aversión al riesgo.
El valor de mercado combinado de todas las criptomonedas cayó recientemente a US$ 1.2 billones, menos de la mitad de noviembre, según datos de CoinMarketCap.
La deuda de El Salvador se ubicó en US$ 24.400 millones a diciembre, desde los US$ 19.800 millones de fines de 2019, luego de que el gobierno de Bukele asignara millones de dólares para enfrentar la pandemia del coronavirus y sus efectos económicos en los últimos dos años.
El FMI presiona
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que el déficit de cuenta corriente de la economía de El Salvador -dependiente de remesas- y financiamiento externo rondará los US$ 2.000 millones hasta 2025.
Pero la adopción de bitcoin como moneda de curso legal puso al país en desacuerdo con prestamistas multilaterales como el FMI, del cual el ministro de Finanzas, Alejandro Zelaya, aseguró el año pasado que el Gobierno buscaba US$ 1.300 millones.
De hecho, el FMI recomendó -en más de una oportunidad- que El Salvador abandone el bitcoin por completo.
«Cualquier acuerdo para una línea de crédito tendría que abordar los riesgos, incluidos los relacionados con la adopción de bitcoin como moneda de curso legal, así como los riesgos relacionados con la gobernanza económica», explicó un funcionario del FMI.
Las agencias de calificación advirtieron que la adopción de bitcoin podría facilitar el lavado de dinero y, lo que es más importante, el riesgo de bitcoin dio a los inversores de bonos otra razón para exigir mayores rendimientos.
A partir del pasado miércoles, buscaban una prima récord de 2.445 puntos básicos sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
El propio Bukele puso en riesgo a El Salvador
Las medidas de Bukele para centralizar el poder, desde destituir a todos los jueces principales de la Corte Suprema del país hasta forzar la autorización para buscar la reelección inmediata a pesar de los límites constitucionales del mandato, aumentaron la prima de riesgo.
«Si no hay potencial para dividendos de crecimiento de bitcoin o financiamiento innovador de bitcoin, entonces la administración de Bukele tendrá que priorizar las prioridades de gasto e identificar opciones de financiamiento», opinó Siobhan Morden, directora de estrategia de renta fija para América Latina en Amherst Pierpont.
Los cálculos de Reuters de una pérdida en papel de US$ 36 millones en bitcoin -suficiente para hacer al menos algunos de esos pagos de cupones- se basan en los tuits de Bukele y una estimación de los precios en las fechas de compra.
El Gobierno gastó unos US$ 104,2 millones en 2.301 monedas que ahora valen sólo US$ 67,9 millones utilizando el precio medio ponderado por volumen de esta semana.
El país tiene que pagar US$ 329 millones en intereses adeudados sobre sus bonos internacionales este año, así como US$ 800 millones en un bono que vence en enero de 2023.
Castaneda, del ICEFI, enumeró opciones de financiamiento que incluyen los bancos de desarrollo de Centroamérica y América Latina -BCIE y CAF, respectivamente- como posibles parches para financiar el pago de 800 millones de dólares que vence en enero.
Otra opción, dijo, es nacionalizar el fondo de pensiones del país para cubrir el déficit fiscal, lo que podría hacerse transfiriendo los ahorros del público a una cuenta gubernamental.
A reestructurar la deuda
«Una reestructuración de la deuda de El Salvador es inevitable si el país continúa con la combinación de políticas actual», aseguró Polina Kurdyavko, directora de mercados emergentes de BlueBay Asset Management.
«La deuda en El Salvador podría ser sostenible con el programa correcto (FMI). Pero tienen que actuar ahora», añadió.
Los bonos salvadoreños cotizan entre 43,5 centavos y 34 centavos por dólar excepto el vencimiento de enero a 75 centavos, lo que refleja un optimismo cauteloso de que el país podría hacer ese pago.
El costo de asegurar a los inversionistas contra un incumplimiento soberano salvadoreño durante los próximos cinco años alcanzó el miércoles su nivel más alto desde 2020, según datos de S&P Global.