Horas después del cierre de las primeras urnas, aún quedan por conocerse los resultados de muchas contiendas clave en las elecciones de mitad de término en Estados Unidos y el control del Senado, en particular, aún está en juego.
Fue, como se predijo, una buena noche para los republicanos, pero sus esperanzas de un maremoto que los llevaría a la victoria en decenas de contiendas hasta ahora no se ha materializado.
Ya han perdido un escaño en el Senado, en Pensilvania, y necesitan que se volteen dos de los tres estados de Nevada, Arizona y Georgia, para tomar el control de esa cámara.
Aquí compartimos algunos de los puntos clave hasta el momento.
1. Republicanos en camino a ganar la Cámara de Representantes
Aunque los demócratas han ganado algunas contiendas reñidas, parece que los republicanos están en camino de obtener la mayoría en la Cámara de Representantes. La pregunta, sin embargo, es qué tan grande será la mayoría.
Gracias a su desempeño sorprendentemente fuerte en 2020, los republicanos estaban a solo un puñado de escaños de la mayoría. Y comenzaron estas elecciones con una ventaja incorporada después de rediseñar algunas fronteras nuevas en los distritos electorales en estados conservadores.
Con cualquier forma de mayoría, los republicanos podrán darle un portazo a la agenda legislativa demócrata y aumentar las investigaciones sobre el gobierno de Biden. Eso es una victoria desde cualquier punto de vista.
Pero si el margen es estrecho, los republicanos tendrán que ejercer una increíble habilidad táctica y estratégica para mantener unido a su partido en las votaciones más importantes.
2. Florida reelige al republicano Ron DeSantis
Hace cuatro años, Ron DeSantis ganó la gobernación de Florida por una fracción de uno por ciento sobre el demócrata Andrew Gillum.
Después de cuatro años de su liderazgo conservador, donde se inclinó por temas culturales candentes como los derechos de las personas transgénero y la «teoría crítica de la raza», criticó las restricciones de la pandemia de coronavirus y se convirtió en un elemento fijo en los medios de comunicación conservadores, ganó la reelección por un cómodo margen.
Cómo lo hizo es particularmente notable.
En 2018, perdió el bastión demócrata del condado de Miami-Dade por un 20 %. Este año, está en camino de ser el primer candidato republicano a gobernador en ganar en el área de mayoría hispana desde Jeb Bush en 2002. Incluso podría hacerlo por un porcentaje de dos dígitos.
La decisión de DeSantis de volver a trazar los límites de los distritos del estado para favorecer en gran medida a los candidatos republicanos también ha dado dividendos a nivel nacional: le ha dado a su partido al menos dos de los cinco escaños que necesita para ganar el control de la Cámara de Representantes.
Estos éxitos contribuirán en gran medida a proporcionar al gobernador de Florida un trampolín desde el cual lanzar una campaña presidencial, si así lo desea.
Como para enfatizar esto, la multitud en el mitin de victoria de DeSantis el martes por la noche coreó «dos años más», un reconocimiento tácito de que si su hombre decidiera postularse para candidato a presidente, tendría que renunciar como gobernador en la mitad de su mandato de cuatro años.
Si DeSantis quiere ganar la nominación presidencial republicana en 2024, es posible que tenga que pasar por el residente republicano más destacado de su estado, el expresidente Donald Trump, para hacerlo.
3. Noche mixta para Trump
Es posible que Donald Trump no haya estado en las papeletas de votación, pero aun así las ha ensombrecido. El martes, temprano por la noche, el expresidente pronunció un breve discurso desde su casa en Mar-a-Lago y reclamó una abrumadora victoria para los candidatos que respaldaba.
La verdad, sin embargo, es más complicada. En las contiendas de más alto perfil, donde respaldó a los candidatos sobre las opciones republicanas más convencionales, sus elecciones han tenido problemas.
Mehmet Oz perdió su carrera por el Senado en Pensilvania. Herschel Walker parece dirigirse a una segunda vuelta en Georgia. Blake Masters está rezagado en Arizona. Solo JD Vance en Ohio obtuvo una clara victoria, aunque por un margen más estrecho de lo que sugeriría el estado de tendencia conservadora.
Los republicanos van a cuestionar sus instintos políticos después del martes por la noche. Y si lanza una nueva candidatura a la presidencia la próxima semana, será con desventaja.
4. Decepción para las estrellas demócratas
En 2018, Beto O’Rourke en Texas y Stacey Abrams en Georgia perdieron sus contiendas estatales, pero se ganaron el corazón de los demócratas con la estrechez de sus derrotas. Su capacidad para recaudar millones de dólares en fondos de campaña y construir bases impresionantes hizo que muchos de la izquierda los consideraran el futuro del partido.
Los partidarios esperaban poder escalar la montaña proverbial cuando ambos se postularon para el cargo en sus estados de origen nuevamente este año. Ambos se quedaron cortos.
Abrams, quien perdió por poco ante el republicano Matt Kemp hace cuatro años, terminará muy por detrás de él esta vez. O’Rourke perdió su carrera ante el gobernador republicano Greg Abbott por un margen mayor que el que perdió ante el senador Ted Cruz.
Los demócratas tendrán que ir en busca de nuevas estrellas.
5. Triunfo de John Fetterman en Pensilvania
La contienda entre John Fetterman y su rival republicano Mehmet Oz fue una de las de más alto perfil de la elección, con giros y vueltas en una campaña que involucró de todo, desde afirmaciones sobre la matanza de cachorros hasta preguntas sobre la salud del candidato demócrata.
Fetterman tenía una gran ventaja al principio de la campaña, pero sufrió un derrame cerebral en mayo.
Permaneció fuera del ojo público durante meses, y en su lugar utilizó anuncios de televisión y una campaña agresivamente sarcástica en las redes sociales para generar una ventaja en las encuestas sobre su oponente, el famoso cirujano Oz, a quien describió como un político oportunista superrico de fuera del estado.
En octubre, un informe de que el republicano había realizado experimentos con cachorros generó memes en las redes sociales.
Pero la reticencia de Fetterman a participar en entrevistas televisadas generó dudas sobre su salud y estado físico para servir como senador, y esto pareció haberse reflejado en las encuestas que se ajustaron drásticamente en los últimos días de la contienda.