Colectivos evacuaron hoy a miles civiles de Sumy, una ciudad ucraniana asediada por fuerzas rusas, y otros llevaron provisiones a Mariupol, otra de las urbes castigadas, a través de los corredores humanitarios que comenzaron a funcionar en el marco de la tregua que se dio tras la tercera ronda de conversaciones de ayer entre los representantes de ambos países en Bielorrusia.
En tanto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que más de 2 millones de personas huyeron de Ucrania en menos de dos semanas de la invasión de Rusia.
La ONU confirmó 406 civiles muertos en Ucrania por la invasión de Rusia, pero reconoció que la cifra real seguramente es mucho mayor.
De hecho, el Ministerio de Defensa ucraniano documentó 38 niños entre los muertos confirmados, y 70 en un total de 800 heridos e informó que los ataques rusos destruyeron más de 200 escuelas, 34 hospitales y 1.500 edificios residenciales.
Además del desastre humanitario en Ucrania, la guerra causó un aumento histórico de los precios de la energía, derrumbó los mercados y puso bajo amenaza la provisión de alimentos a países que dependen del trigo y otros cultivos que se producen en la región del mar Negro.
Potencias occidentales condenaron la invasión y, aunque descartaron enviar tropas a pelear, sí mandaron armas a Ucrania, además de imponerle sanciones al Gobierno del Vladimir Putin y hasta al propio presidente y varios integrantes de su gabinete.
Las medidas vapulearon la economía rusa, y numerosas compañías de primer orden se fueron del país o paralizaron sus actividades.
Una luz de esperanza
En Ucrania, intentos previos de sacar a los civiles de las ciudades o de hacerles llegar ayuda humanitaria colapsaron en medio de persistentes combates.
Sin embargo, un video difundido hoy por funcionarios de Ucrania mostró a colectivos que sacaban a gente por rutas nevadas desde la oriental ciudad de Sumy, cerca de la frontera rusa, y ómnibus amarillos marcados con una cruz roja que se dirigían a la sureña y portuaria Mariupol.
En Sumy, 350 kilómetros al noreste de Kiev, que es escenario de violentos combates desde hace varios días, bombardeos mataron anoche a 21 personas, incluyendo a dos niños, informó hoy la fiscalía regional.
Mientras que algunas personas huyen hacia otras ciudades de Ucrania, muchas eligen irse del país.
El número de personas que escaparon de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa superó hoy los 2 millones, una cifra que seguirá en aumento a medida que los combates continúen y que crece a una velocidad que no ocurría dentro de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, informó la ONU.
De acuerdo con el último recuento que realiza el Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur), más de 2.011.312 de personas pasaron la frontera desde el 24 de febrero y más de la mitad de ellos se encuentran en Polonia (1.204.403), de una población total de 44 millones.
Otros países vecinos como Rumanía, Hungría, Eslovaquia y Moldavia también se convirtieron en refugios temporales, mientras que unas 153.000 se trasladaron a otras naciones en Europa.
«Hoy, la salida de refugiados desde Ucrania alcanzó los 2 millones, 2 millones», tuiteó el Alto Comisionado para los Refugiados, el italiano Filippo Grandi.
El directivo, que visitó la zona en estos días, aplaudió la recepción «ejemplar» a los refugiados, la gran mayoría mujeres y niños ante la prohibición que tienen los hombres de entre 18 y 60 años de salir de Ucrania, una medida decretada por el presidente, Volodimir Zelenski, para reclutar ciudadanos entre sus fuerzas.
«Muchos llegan en coche y, sobre todo, si tienen conexiones, pueden ir adonde tienen familia, amigos, una comunidad», explicó Grandi.
«Es posible que, si la guerra continúa empecemos a ver a gente sin recursos ni conexiones y esto será un problema más difícil de gestionar para los países europeos», subrayó.
Las guerras de los Balcanes, en Bosnia y en Kosovo, también provocaron un enorme flujo de refugiados, «entre dos y tres millones, pero en un periodo de ocho años», advirtió el italiano.
«En otras regiones del mundo sí vimos esto, pero en Europa es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial», remarcó Grandi.
Después de varios intentos que no prosperaron, hoy se establecieron los primeros corredores humanitarios en Ucrania para que los civiles abandonen las principales ciudades, castigadas por la guerra desde hace casi dos semanas.
A medida que se lleven a cabo las evacuaciones, como la de Irpin, localidad en el noroeste de Kiev y de casi 43.000 habitantes, se espera que aumente la cifra de desplazados internos y de refugiados en el exterior.
En ese marco, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, estimó ayer que la cifra de personas que saldrán de Ucrania por la guerra puede llegar a hasta cinco millones si siguen los ataques en las ciudades.
«Si los bombardeos siguen, si continúan los bombardeos de las ciudades de manera indiscriminada, se puede esperar hasta cinco millones de exiliados», precisó el español, quien amplió que en ese caso será necesario un esfuerzo financiero importante para hacer frente a la situación.
Uno de los países que más críticas recibió hasta el momento por su puerta prácticamente cerrada es Reino Unido, que hasta ayer concedió solamente 300 visados a ucranianos, de acuerdo con estadísticas del Ministerio del Interior.
«De acuerdo con el programa británico solo pueden recibir a aquellos con familiares en la isla, en un proceso que además es muy lento», reconoció el ministro de Defensa, Ben Wallace.
En ese marco y sin dar demasiadas precisiones, el primer ministro, Boris Johnson, se comprometió hoy ante los líderes del llamado Grupo de Visegrado -República Checa, Hungría, Polonia y Eslovaquia- a que el Reino Unido «ayudará como pueda» en la gestión del éxodo de refugiados ucranianos.
Otra crítica que generó la enorme afluencia de exiliados ucranianos es el contraste con otras respuestas que brindó Europa a recientes emergencias migratorias.
Mientras Polonia mantiene su puerta abierta para recibir a sus vecinos, en su frontera con Bielorrusia sigue construyendo un muro para impedir el paso de inmigrantes y solicitantes de asilo, mayoritariamente provenientes del Medio Oriente.
Hungría, que también tiene fronteras con Ucrania y ya recibió a cerca de 200.000 personas por la invasión rusa, rechazó las cuotas de distribución de refugiados adoptadas en 2015, un año en que la UE recibió alrededor de un millón de solicitantes de asilo, en su mayoría de Siria, Irak y Afganistán.
En esta oportunidad, sin embargo, los países europeos decidieron -por unanimidad y en un tiempo récord- conceder a ucranianos un régimen de protección temporal, utilizando un mecanismo que había sido definido en 2001 pero nunca utilizado.
Una solidaridad que contrasta con lo que ocurre en el Mediterráneo, donde continúan los naufragios fatales de personas que intentan llegar a Europa desde África o con las condiciones paupérrimas y de hacinamiento que existen en los campamentos de refugiados en Grecia.
Rusia continúa con el ataque en otras ciudades
Con la invasión en su segunda semana, las tropas rusas lograron avances en el sur de Ucrania, pero parecen estancadas en otras regiones, que no están incluidas dentro de los corredores humanitarios.
Soldados y voluntarios fortificaron la norteña Kiev, la capital, con barricadas para tratar de frustrar un asalto por tierra.
Intensos bombardeos rusos con artillería y cohetes se registraron hoy en otras localidades, incluyendo Bucha, al norte de la capital ucraniana, según su alcalde.
En una de las ciudades donde la desesperación es mayor, en Mariupol, sobre el mar Negro, unas 200.000 personas -casi la mitad de su población de 430.000- desea salir, según la Cruz Roja.
El centro de coordinación de esfuerzos humanitarios de Rusia y la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, confirmaron un alto al fuego desde hoy a la mañana para permitir la evacuación de civiles.
Lo que no quedó claro es adónde conducirían los corredores por desacuerdos entre ambas partes.
El centro de coordinación ruso señaló que habría más de un corredor, pero que la mayoría tienen como destino a Rusia, ya directamente, o a través de Bielorrusia, que limita con Ucrania por el Sur y con Rusia por el Este.
Vereshchuk, en cambio, sostuvo solamente que las dos partes habían acordado la evacuación de civiles de Sumy «hacia la ciudad ucraniana de Poltava, 170 kilómetros al suroeste. Entre los evacuados había estudiantes de India y China», remarcó.
La funcionaria reiteró que la propuesta rusa de evacuar a civiles hacia Rusia y su aliado Bielorrusia, cuyo territorio fue usado para lanzar parte de la invasión, era inaceptable.
Más tarde, el asesor presidencial ucraniano, Kyrylo Tymoshenko, publicó un video en el que se veían los colectivos amarillos con una cruz roja que, según precisó, iban a ser usados para las evacuaciones de Mariupol.
Vereshchuk reveló que 30 colectivos fueron enviados desde Zaporiyia a Mariupol con ayuda humanitaria, incluyendo agua, raciones de alimentos y medicamentos, para los civiles.
Horas después, el Ministerio de Defensa ucraniano, Oleksii Réznikov, acusó a Rusia de no respetar el corredor humanitario en Mariupol.
«El enemigo lanzó un ataque exactamente en la dirección del corredor humanitario», escribió en su página de Facebook.
«El Ejército ruso no dejó que los niños, las mujeres y las personas ancianas abandonaran la ciudad», denunció.
No hubo comentarios rusos inmediatamente después de la denuncia, y tampoco quedó claro si los colectivos habían llegado a Mariupol.
La batalla de Mariupol es crucial, porque su captura permitiría a Rusia establecer un corredor hacia Crimea, la península ucraniana que se anexionó en 2014.
Además de Mariupol, el Ejército ruso se concentra sobre todo en los frentes de Kiev y de la también norteña Jarkov, la segunda ciudad del país, con 1,4 millones de habitantes, blanco de intensos bombardeos y misiles en los últimos días.
A medida que la situación se deteriora, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó hoy a los países occidentales de incumplir sus «promesas».
«Llevamos 13 días escuchando promesas. Trece días que nos están diciendo que nos ayudarán (…) que habrá aviones, que nos los entregarán», declaró en un video publicado en Telegram.
Opiniones dispares
A trece días del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, la tercera ronda de conversaciones en busca de una solución pacífica no estuvo «a la altura de las expectativas de Moscú», según Vladimir Medinsky, el representante ruso en esa mesa de negociación, quien agregó: «Esperamos que la próxima vez podamos lograr un avance más significativo».
Tras las negociaciones que se desarrollaron en Bielorrusia, desde Ucrania manifestaron que «hubo pequeños avances positivos en la mejora de la logística de los corredores humanitarios», que hoy comenzaron a funcionar.
El jefe de la Oficia de Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, sostuvo que durante la reunión con la delegación rusa se trataron aspectos relacionados con el «alto al fuego» y las «garantías de seguridad».
De la segunda ronda surgió el supuesto compromiso común de abrir corredores humanitarios para permitir la evacuación de civiles y la llegada de ayuda a zonas en riesgo. Y eso se concretó en el inicio de este día.
Reunión entre Lavrov y Kuleba en Turquía
Mevlut Cavusoglu, el ministro de Relaciones Exteriores turco, anunció que el jueves se reunirá con sus homólogos ruso y ucraniano, Serguéi Lavrov y Dmytro Kuleba respectivamente.
La reunión se llevará a cabo en Antalya (sur), en el que sería el primer encuentro entre ambos responsables desde que empezó la guerra.
Turquía organizó un foro diplomático de tres días al que invitó al jefe de la diplomacia rusa, quien confirmó su presencia el pasado fin de semana, según el gobierno turco, que también quería convencer a su par ucraniano.
La cita fue confirmada por Moscú, y el portavoz del Ministerio ucraniano de Relaciones Exteriores, Oleg Nikolenko, quien se limitó a decir que «se contempla la posibilidad de ese encuentro».
«A raíz de la iniciativa de nuestro presidente y de nuestros intensos esfuerzos diplomáticos, los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y de Ucrania han decidido reunirse con mi participación», explicó Cavusoglu en un tuit.
De acuerdo con Dmitry Peskov, portavoz de Vladimir Putin, Rusia le exige a Ucrania que cambie su constitución para consagrar la neutralidad, reconozca a Crimea como territorio ruso y a las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk como territorios independientes.
De acuerdo con el funcionario, Moscú le había dicho a Ucrania que está dispuesta a detener su acción militar «en un momento» si Kiev cumplía con sus condiciones.
Según Peskov, las condiciones del Kremlin son conocidas por Ucrania e insistió en que Rusia no busca hacer más reclamos territoriales sobre el país vecino: «Se les dijo que todo esto se puede parar en un momento. Realmente estamos terminando la desmilitarización de Ucrania. La terminaremos. Pero lo principal es que Ucrania cese su acción militar. Deben detener su acción militar y entonces nadie disparará», enfatizó.
«Ucrania debería hacer enmiendas a su constitución según las cuales rechazaría cualquier objetivo de ingresar a cualquier bloque (se refiere puntualmente a la OTAN). También hemos hablado sobre cómo deberían reconocer que Crimea es territorio ruso y que deben reconocer que Donetsk y Lugansk son estados independientes. Y eso es todo. Se detendrá en un momento», reiteró.
Turquía, miembro de la OTAN y aliada de Ucrania, también mantiene una relación cercana con Rusia.
Desde el principio del conflicto, intentó estar en contacto con ambos países. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, habló por teléfono con su par ruso, Vladímir Putin, a quien le reclamó un «alto al fuego general urgente» en Ucrania y la apertura «inmediata» de corredores humanitarios, algo que se concretó hoy.