Al otorgar esta suma de dinero se estaría incentivando al sector productivo mediante el «comercio incitado», pero según especialistas es una medida populista que no impulsará la economía de todo el país.
Una de las grandes propuestas electorales en la campaña por la Presidencia de Ecuador es el otorgamiento de $1000 para un millón de familias; sin embargo queda la duda de qué tan factible es hacer cumplir la promesa populista.
Al otorgar esta suma de dinero se estaría incentivando al sector productivo mediante el «comercio incitado», pero según especialistas es una medida populista que no impulsará la economía de todo el país.
El candidato Andrés Arauz ha aclarado que el bono supuestamente no se trata de una dádiva, sino de una especie de paliativo económico para las familias como consecuencia de la crisis por la pandemia.
Pero la promesa está llena de vacíos que además no dejan claro cómo podrá hacerla cumplir, pues el país enfrenta problemas fiscales, de endeudamiento y grandes cifras de desempleo.
Los mil dólares que entregue el Estado a las familias, simplemente podrán diluirse sin ver un resultado positivo para las finanzas de la nación. Además queda otra duda: ¿de dónde saldrá el dinero?
El candidato Andrés Arauz ha informado que se realizará a través de la repatriación de más de $ 30.000 millones que han sido sacados al exterior. Además indicó que se utilizará un porcentaje del Presupuesto General del Estado para invertir en las familias.
Pero con el paso de los años ha quedado evidencia de que repatriar reservas del exterior no es buena idea para las finanzas de una nación. Hay que recordar que el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, decidió repatriar reservas de oro al país suramericano, y un lustro después, las bóvedas del Banco Central están prácticamente vacías.
Además, los recursos que Ecuador tiene en el exterior están pensados para casos extraordinarios ya sea para su custodia, en caso de un comportamiento perjudicial de los actores de manera agresiva, o como depósitos a plazo sobre los cuales se recibe un interés. Por lo que esta práctica es generalizada en el mundo como una reserva de garantías monetarias.
La legislación de Ecuador impide que el gobierno «meta mano» en las reservas que garantizan el sistema monetario del país que además es de todos los ecuatorianos. Repatriar las reservas en el exterior, restaría institucionalidad y confianza.
Si llegan los $1000, ¿adiós dolarización?
«El Lelo» ha ofrecido un bono de $1000 para un millón de familias, ofreció otros 3.000 millones de dólares para obras de infraestructura, prometió cubrir la mitad del salario para 398.000 trabajadores; y propuso poner una línea de crédito de 3.000 millones de dólares del Banco Central a través de las cooperativas de ahorro y crédito.
Cada una de estas medidas, o más bien propuestas populistas, forman parte de una receta fallida que tienen como ingredientes más gasto público, más impuestos y más endeudamiento; y por lo tanto el resultado sería debilitar la dolarización que tanto ha blindado la economía del país.
Aunque Arauz acusa de que existe una “campaña sucia” montada en su contra de quienes los acusan de querer quitar el dólar, sus medidas sí atentarían contra la dolarización. Dado que dejaría a las operaciones nacionales sin un respaldo, retendría los dólares dentro del país de manera impuesta y repatriaría capitales quitándoles su función de reserva.