El gobierno de Estados Unidos afirmó que no considera «por ahora» la posibilidad de comprar petróleo a Venezuela para reemplazar el que importaba de Rusia, pese a las expectativas que se alentaron en ese sentido tras una reciente reunión entre autoridades de ambos países en Caracas.
«No es algo sobre lo que estemos conversando de forma activa por ahora», afirmó la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, en su conferencia de prensa diaria.
La funcionaria respondió de ese modo a una pregunta acerca de si el gobierno estadounidense pensaba rebajar las sanciones a Venezuela para poder importar petróleo de ese país.
El 5 de marzo pasado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió en Caracas a tres altos funcionarios de Estados Unidos, en el primer contacto entre autoridades de ambos países en más de tres años.
«El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración del presidente Joe Biden fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética», solo se limitó a decir Psaki.
En tal sentido, el presidente Maduro admitió simultáneamente que fue una reunión «muy diplomática donde estuvimos hablando casi dos horas en un ambiente respetuoso y cordial», detalló.
Señales
Entonces, voceros de ambos gobiernos revelaron que se analizaba la posibilidad de que Estados Unidos reemplazara con petróleo de Venezuela el crudo que dejaba de comprarle a Rusia al suspender esas importaciones como represalia a la invasión a Ucrania.
Además, el martes pasado, Venezuela liberó y permitió el regreso a Estados Unidos de dos de los 10 ciudadanos estadounidenses que tenía presos, uno de ellos condenado por la justicia local y el otro aún sin juzgar.
Esa decisión fue interpretada por analistas de los dos países como un gesto de buena voluntad para la recomposición de la relación bilateral, rota desde 2019, cuando Washington desconoció el mandato que Maduro inició en enero de ese año por considerar que surgió de elecciones irregulares.
Estados Unidos dejó entonces de comprar petróleo a Venezuela -lo suplió por crudo ruso- e intensificó sanciones que dificultaron al país caribeño operar normalmente en los mercados internacionales de bienes y divisas.