El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lanzó en Tokio, segunda y última escala de su gira por Asia iniciada el viernes último en Corea del Sur, una nueva iniciativa comercial para la zona de Asia-Pacífico, que incluye a India y Japón.
El mandatario estadounidense reveló oficialmente el Marco Económico para la Prosperidad en el Indo-Pacífico (IPEF por sus siglas en inglés) en el segundo día de su visita a Japón, donde sostuvo una reunión con el primer ministro Fumio Kishida, en vísperas de la cumbre de mañana del grupo Quad, que además integran Australia e India.
«Creo que juntos vamos a ganar la competencia del siglo XXI», sostuvo Biden durante el lanzamiento al que asistieron Kishida y el primer ministro indio, Narendra Modi, un evento en el cual los otros países participaron de forma virtual, reportó la agencia de noticias AFP.
A diferencia de bloques comerciales tradicionales, no hay un plan para que el IPEF negocie aranceles o una apertura de los mercados, un terreno vedado políticamente en Estados Unidos donde los votantes temen que se dañe la industria manufacturera local.
En cambio los 13 países miembro buscan una integración en cuatro áreas clave: la economía digital, las cadenas de suministro, las energías verdes y la lucha contra la corrupción.
La lista inicial de miembros incluye a Estados Unidos, Australia, Brunéi, India, Indonesia, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Corea del Sur, Tailandia y Vietnam.
Los países destacaron que el IPEF ofrece un marco que se convertirá en última instancia en un grupo de naciones unidas por el comercio.
«Compartimos un compromiso con una región Indo-Pacífica que sea libre, abierta, justa, inclusiva, interconectada, resiliente, segura y próspera», indicaron los miembros en un comunicado conjunto.
Y agregaron: «Además la profundización de los compromisos económicos entre los socios es crucial para que haya un continuo crecimiento, paz y prosperidad».
Este bloque constituye un 40% del producto bruto global y según el consejero de seguridad nacional, Jake Sullivan, otros países podrían unirse.
Biden busca restaurar las alianzas militares y comerciales abandonadas durante el Gobierno de su predecesor, Donald Trump.
El IPEF está orientado a ofrecer a los aliados de Estados Unidos una alternativa a la creciente presencia comercial de China en esta región.
Biden afianzó el vínculo militar con Corea del Sur y pidió «sinceridad» a Kim Jong-un para reunirse
Previo a su llegada a Japón, Biden no solo afirmó el pasado sábado que contempla intensificar las maniobras militares con Corea del Sur en respuesta a la «amenaza» de Corea del Norte, al reunirse en Seúl con su par de ese país, Yoon Suk-yeol, sino que además reveló que solo tendrá un encuetro con el líder norcoreano Kim Jong-un si es «sincero».
En el marco del primer viaje del presidente estadounidense a Asia, ambos líderes aseguraron que, «en vista de la evolución de la amenaza que representa» Corea del Norte, acordaron «entablar conversaciones con miras a ampliar el alcance y la escala de los ejercicios y entrenamientos militares conjuntos en la península de Corea y sus alrededores».
Según Yoon, con Biden hablaron sobre las diferentes formas de «coordinarse con Estados Unidos sobre el despliegue de efectivos estratégicos si fuera necesario» e incluso, indicó, «aviones de combate y misiles».
Los servicios de inteligencia surcoreanos advirtieron que su vecino del norte completó sus preparativos para una prueba nuclear y Washington no descartó que como «provocación», esto ocurra durante o justo después de la gira del mandatario estadounidense.
Corea del Norte aceleró sus pruebas de armamento desde principios de año. Las conversaciones de desarme están estancadas desde la fallida cumbre de 2019 entre Kim Jong-un y el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Cualquier futura reunión con el líder norcoreano «dependerá de si es sincero o no», puntualizó Biden durante la conferencia de prensa conjunta en Seúl.
Además de hablar sobre las tensiones con Pyongyang y las sanciones a Rusia por la invasión a Ucrania, el objetivo del viaje del demócrata era establecer «una fuerte relación personal» con Yoon, investido hace menos de dos semanas, indicó un funcionario estadounidense citado por la agencia de noticias AFP.
Tanto Japón como Corea del Sur son considerados actores claves en la estrategia estadounidense de frenar la influencia china y mantener lo que la Casa Blanca define como «un Indopacífico libre y abierto».
En sus primeras declaraciones tras aterrizar, Biden manifestó que la alianza entre ambos países era «un eje de paz, estabilidad y prosperidad» y alabó la importancia de Samsung en el mercado de semiconductores, componente vital de casi cualquier producto tecnológico.
Destacando la apertura de una fábrica de semiconductores de Samsung en Texas en 2024, el mandatario norteamericano expresó que, ante la escasez internacional de esas piezas, Corea del Sur y Estados Unidos deben trabajar para «mantener nuestra cadena de suministro resiliente, fiable y segura».
Los problemas en la cadena de suministro suponen un desafío a nivel interno para Biden ante el incremento de precios, que puede restar apoyos a su Partido Demócrata en las elecciones de medio mandato de noviembre.
En la misma jornada, el gobernador del estado de Georgia, el republicano Brian Kemp, anunció que el gigante del automóvil surcoreano Hyundai construirá una planta por 5.500 millones de dólares para producir vehículos eléctricos y baterías.
China instó a Biden a no «subestimarla» en relación a Taiwán
Beijing aclaró que está dispuesta a defender sus intereses nacionales en Taiwán, en respuesta a la promesa del presidente de Estados Unidos de proteger la isla ante una eventual invasión china.
«Nadie debería subestimar la firme determinación, la firme voluntad y capacidad del pueblo chino de defender la soberanía nacional y la integridad territorial», enfatizó a la prensa el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.
«La cuestión de Taiwán es un asunto puramente interno de China», añadió el portavoz, de acuerdo a la agencia de noticias AFP.
La declaración de China se produce luego de que Biden anunciara más temprano en Tokio, en la última etapa de su primera gira como gobernante por Asia, que Estados Unidos defenderá militarmente a Taiwán si invade la isla, y advirtió que Beijing «coquetea con el peligro».
«Es el compromiso que asumimos», respondió el mandatario estadounidense cuando se le preguntó si Estados Unidos intervendría militarmente contra China en caso de intento chino de tomar por la fuerza el control de Taiwán.
«Estamos de acuerdo con la política de una sola China, y hemos firmado por ella, pero la idea de que Taiwán deba ser tomada por la fuerza no es apropiada», agregó Biden.
El presidente demócrata también vinculó la situación de Taiwán con la de Ucrania y consideró que Rusia «tiene que pagar un precio a largo plazo por su barbarie en suelo ucraniano».
«No se trata solo de Ucrania», apuntó el mandatario y siguió: «Si no se mantienen las sanciones en muchos aspectos, ¿qué señal enviaríamos a China sobre el costo de un intento de tomar de Taiwán por la fuerza?», se preguntó.
«La cuestión de Taiwán es un asunto puramente interno de China», remarcó en ese sentido, el vocero del ministerio de Exteriores.
China considera a Taiwán –a donde huyeron los nacionalistas chinos tras su derrota en una guerra civil ante los comunistas en 1949- una provincia que debe ser reunificada, incluso por la fuerza si es necesario.
Los vínculos entre Taiwán y China continental solo se restablecieron a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980.
Las tensiones entre la isla y el continente crecieron a su máximo nivel en décadas con la presidencia china de Xi Jinping, quien rompió la comunicación oficial con Taiwán hace seis años tras la elección de la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen, quien enfatiza la identidad separada de la isla.