Autoridades de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) iniciaron en Bruselas conversaciones con Rusia en busca de desactivar una crisis en la que está involucrada Ucrania por sus deseos de ingresar a la alianza militar transatlántica, en un diálogo que dejó al descubierto profundas diferencias en aspectos esenciales entre las partes.
El diálogo expuso «un elevado número de desacuerdos en cuestiones fundamentales», reveló el viceministro de Relaciones Exteriores y enviado del Kremlin, Alexander Grushko, a la prensa luego de la reunión en la que Rusia exigió a la alianza garantías de que no admitirá a Ucrania.
El cónclave del Consejo OTAN-Rusia, el primero desde 2019, permitió a los interesados discutir cara a cara las preocupaciones rusas sobre la seguridad en la zona de frontera, pero no parece haber abierto caminos concretos para desactivar la crisis en Ucrania.
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En sintonía con Grushko, el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, mencionó «diferencias significativas» en la discusión, y añadió que las mismas «no serán fáciles de salvar».
«Rusia no estuvo en condiciones de aceptar la propuesta. Tampoco la han rechazado, aunque la delegación rusa dejó claro que necesita de tiempo para retornar a la OTAN con una respuesta», puntualizó.
La OTAN advirtió a Rusia que no hará concesiones fundamentales ni permitirá que se atribuya la capacidad de decidir qué país puede sumarse a la alianza militar transatlántica.
«Si Rusia se aparta de lo propuesto será bastante evidente que nunca estuvieron hablando en serio respecto a la diplomacia y por esto es que nos estamos preparando colectivamente para cualquier eventualidad», alertó la subsecretaria de Estado norteamericana, Wendy Sherman,
«Rusia vino a la reunión a presentar sus preocupaciones en materia de seguridad, pero que ahora tenía el desafío de responder a la oferta propuesta por la OTAN de realizar una serie de reuniones temáticas», continuó.
El gasoducto Nord Stream 2
Sherman señaló, en otro tramo del diálogo con la prensa, que es «muy difícil» imaginar que el gasoducto Nord Stream 2 comience a funcionar si Rusia avanza sobre Ucrania.
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«La agencia federal alemana ha suspendido la certificación y el secretario Antony Blinken ha dicho que es muy difícil ver que la tubería se convierta en operacional si Rusia renueva su agresión contra Ucrania», refirió después de la reunión del Consejo Rusia-OTAN.
«Fuimos muy claros durante mucho tiempo sobre el proyecto geopolítico ruso, que es el que socava la seguridad energética y la seguridad nacional», aseveró.
En diciembre, los medios informaron que Estados Unidos presiona a Alemania para que detenga el gasoducto Nord Stream 2 en caso de que Rusia invada Ucrania, una hipótesis no descartada que alarma al mundo.
El proyecto está diseñado para transportar gas natural desde Rusia a Alemania a través del Mar Báltico.
El gasoducto se completó en septiembre y ahora está en proceso de certificación en Alemania, que se estancó por la demanda de la Agencia Federal de Redes de crear una filial alemana.
Sin embargo, el Kremlin dejó en claro que el gasoducto no se mencionó durante la reunión virtual entre el presidente Vladímir Putin y su par estadounidense Joe Biden a fines de 2021.
Reinicio del conflicto
La cooperación entre la alianza y Moscú, que estaba congelada desde 2014, se rompió en octubre pasado cuando la OTAN expulsó a ocho diplomáticos rusos de sus instalaciones.
En respuesta, Moscú decidió cerrar su oficina de representación ante la alianza militar transatlántica de defensa colectiva liderada por Estados Unidos.
Las partes acordaron reactivar este Consejo luego de que Rusia desplegara decenas de miles de soldados en la frontera con Ucrania, con la que está enfrentada desde que una revolución nacionalista derrocó a su Gobierno afín al Kremlin, en 2014.
Estados Unidos y sus aliados, entre ellos Ucrania, expresaron temores de que Rusia quisiera invadir el territorio ucraniano.
Rusia niega esas intenciones, pero exigió garantías por escrito a Estados Unidos de que Ucrania no se adherirá a la OTAN, lo cual la dejaría rodeada de enemigos y abriría la puerta al posible despliegue de misiles de la alianza en suelo ucraniano.
«Es demasiado pronto para decir si los rusos son serios o no en el camino diplomático, o si están listos para negociar en serio», concluyó la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki.
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