La fundadora y exdirectora ejecutiva de la empresa de análisis de sangre Theranos, Elizabeth Holmes, fue hallada culpable de cuatro cargos de fraude federal y absuelta de otros cuatro en el juicio contra su compañía, mientras el jurado no logra alcanzar un acuerdo sobre otros tres cargos restantes, tras meses de iniciado el juicio.
Holmes, de 37 años, fue la impulsora de un análisis de sangre modernizado, inventado en 2003, que consistía en un pinchazo barato en el dedo que ofrecería resultados completos para una serie de problemas médicos.
Sin embargo, en 2015, un medio periodístico informó que los dispositivos de Theranos eran inexactos, lo que implicó el inicio de la caída de la empresa.
Aún no está claro cuándo se dará a conocer la condena -enfrenta hasta 20 años de prisión- por los cargos de los que fue declarada culpable, ni cuánto tiempo podría tomar llegar a una decisión sobre los restantes.
La historia de Theranos
En 2003, Holmes, quien entonces tenía 19 años, siguió los contornos de un camino trillado hacia el estrellato de las empresas de Silicon Valley, abandonando Stanford para dedicarse a una idea singular: revolucionar los análisis de sangre realizando una rápida batería de pruebas con un solo pinchazo en el dedo.
En lugar de recaudar fondos de los habituales grupos de capital riesgo de la Costa Oeste -que exigían la publicación de estudios revisados por pares que demostraran que su biotecnología funcionaba-, la empresaria recaudó más de 700 millones de dólares de inversores privados y fondos de cobertura de la Costa Este.
Esto supuso una valoración de la empresa de 9.000 millones de dólares y una fortuna para ella de unos 4.500 millones de dólares, con lo que se convirtió en la mujer multimillonaria más joven del mundo hecha a sí misma.
Holmes les dijo a los inversores que la empresa estaba en camino de obtener 100 millones de dólares de ingresos en 2014, pero en realidad solo generaba unos 100.000 dólares.
La empresa creó una impresionante lista de dignatarios y asesores militares en su consejo de Administración, entre ellos el exsecretario de Defensa, James Mattis, y el exsecretario de Estado, Henry Kissinger.
Además, el magnate editorial Rupert Murdoch, el multimillonario mexicano Carlos Slim y la exsecretaria de Educación, Betsy DeVos, también estaban entre su grupo de inversores.
El principio del fin
El reportero John Carreyrou publicó -en 2015- la noticia de que, aunque la empresa afirmaba que sus máquinas de análisis de sangre podían realizar más de 1.000 pruebas de diagnóstico distintas, su tecnología clave solo podía hacer una prueba de pinchazo en el dedo.
A partir de la investigación periodística, el escepticismo también aumentó entre la comunidad médica.
Todo terminó en junio de 2018, cuando la compañía fue acusada de fraude por la Comisión de Valores y Bolsa y de fraude electrónico y conspiración por el fiscal de Estados Unidos para el norte de California.
12 cargos iniciales
Holmes fue acusada inicialmente a 12 cargos de fraude, pero uno de ellos fue desestimado a principios del juicio, debido a un error de los anteriores fiscales.
Además, se enfrenta potencialmente a 20 años de cárcel, multas y posibles devoluciones a los inversores defraudados.
Los fiscales federales probaron que Holmes engañó con intención a los inversores para que apoyaran un producto que ella sabía que era defectuoso, sobre todo cuando Theranos empezó a tambalearse por la quiebra.
«Este es un caso sobre fraude, sobre mentir y engañar para conseguir dinero», enfatizó el fiscal adjunto Robert Leach en los argumentos iniciales.
Durante su testimonio, Holmes les dijo a los fiscales -de manera repetida- que creía que las declaraciones que daba los inversores eran genuinamente ciertas.
Leach, entonces, preguntó: «En ese momento, ¿no le preocupaba que las personas se llevaran una impresión inexacta?». La respuesta fue: «No me preocupaba».