Más de cien países tienen pocas probabilidades de alcanzar el objetivo de vacunar contra el coronavirus al 70% de sus poblaciones para mediados de 2022, y las pérdidas sanitarias y económicas por la pandemia seguirán creciendo, según un informe publicado hoy por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que pidió «una nueva estrategia» para gestionar los riesgos a largo plazo.
El documento titulado «Una estrategia global para gestionar los riesgos a largo plazo de la Covid-19» muestra que 86 países no alcanzaron el objetivo de vacunación del 40% al final de 2021, y que las disparidades en el acceso y la aceptación de las vacunas siguen siendo significativas.
Según las tendencias actuales, más de cien países, entre los que se encuentran Estados Unidos, México, India y casi la totalidad de África, tienen pocas probabilidades de alcanzar el objetivo de vacunación del 70% establecido para mediados de 2022, y es posible que varios nunca lo hagan.
«Poner fin a la fase aguda de esta pandemia en todas partes sigue siendo una prioridad fundamental, al mismo tiempo que evolucionar la estrategia global para gestionar los riesgos a largo plazo de covid-19», señaló el texto.
También advirtió que los perjuicios en materia de salud y economía «seguirán creciendo», al tiempo que se proyecta «una pérdida en la producción acumulada hasta 2024 de alrededor de 13,8 billones de dólares».
«El fuerte aumento de casos y muertes en algunos países de Asia y el resurgimiento de casos en Europa es un claro recordatorio de que la pandemia no ha terminado», apuntó el FMI.
Medidas de cara al futuro
El informe propuso cuatro medidas claves para desarrollar una estrategia global capaz de gestionar los riesgos a largo plazo del coronavirus y futuras amenazas de enfermedades infecciosas.
En primer lugar, afirmó que es necesario lograr un acceso equitativo a la salud, más allá de las vacunas, para abarcar un conjunto de herramientas completo que incluya a los nuevos antivirales para tener múltiples líneas de defensa, reduciendo el riesgo de hospitalización y las interrupciones económicas.
También llamó a monitorear la evolución del virus y actualizar dinámicamente el conjunto de instrumentos con inversiones en herramientas de testeos y secuenciación genómica para identificar nuevas cepas de virus y desarrollar vacunas y tratamientos adecuados.
En tercer lugar, el FMI pidió «pasar de la respuesta aguda a una estrategia sostenible frente al coronavirus, equilibrada e integrada con otras prioridades sanitarias y sociales».
El informe advirtió que, «a medida que la demanda de vacunación alcanza un punto de saturación (debido a la disminución de las tasas de infección, dudas sobre la vacunación u otras razones), muchos países dejarán de priorizar las campañas de inmunización contra el covid-19».
Al disminuir los casos graves de coronavirus «es necesario equilibrar las inversiones en el abordaje de otras prioridades de salud, particularmente aquellas cuya mortalidad e incidencia han aumentado como consecuencia de la pandemia, como la tuberculosis o el paludismo», indicó.
Por último, el documento remarcó la importancia de un «enfoque unificado de mitigación de riesgos para futuras amenazas de enfermedades infecciosas más allá de covid-19».
Se enfatizó que las enfermedades infecciosas con potencial pandémico son «una amenaza para la seguridad económica y sanitaria mundial», al tiempo que pidió que la comunidad internacional «reconozca que el financiamiento necesario para luchar contra la pandemia aborda un riesgo sistémico para la economía global y no solo la necesidad de desarrollo de un país en particular».
Por lo tanto, el informe concluyó: «Se deben asignar fondos adicionales para luchar contra las pandemias y fortalecer los sistemas de salud tanto a nivel nacional como internacional, lo que requerirá alrededor de 15.000 millones de dólares en subvenciones este año y U$10.000 millones anuales después de eso».