La empresa australiana Fortescue invertirá US$ 8.400 millones para producir hidrógeno verde en la provincia argentina de Río Negro, lo que permitirá generar más de 50.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos, y cuya producción en una primera etapa estará orientada sólo para la exportación.
Así lo informaron el presidente de Argentina, Alberto Fernández, desde la ciudad escocesa de Glasgow, donde se desarrolla la cumbre sobre cambio climático COP26; el titular de Fortescue, Andrew Forrest; la CEO de la firma, Julie Shuttleworth, y el titular de la compañía para la Región Latinoamérica, el ex rugbier argentino Agustín Pichot.
La magnitud del proyecto convertirá a Río Negro en un polo mundial exportador de hidrógeno verde en 2030, con una capacidad de producción de 2,2 millones de toneladas anuales, lo que cubriría una producción energética equivalente al 10% de la electricidad consumida por Alemania en un año.
Desde Glasgow, Alberto Fernández afirmó: «El hidrógeno verde es uno de los combustibles del futuro y llena de orgullo que sea Argentina uno de los países que esté a la vanguardia de la transición energética», tras el acuerdo con la empresa australiana Fortescue.
«En poco tiempo nuestro país podrá convertirse en uno de los proveedores mundiales de este combustible que va a permitir reducir drásticamente las emisiones de carbono en el mundo», agregó.
Luego del anuncio, en el marco del encuentro con la prensa en Glasgow, el canciller Santiago Cafiero aseguró que el proyecto «es un vector de desarrollo y de conocimiento a partir del cual Argentina se puede parar en un nuevo concierto que se está discutiendo en el mundo, en esta conferencia».
En tanto, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, sostuvo que la empresa australiana «no pidió trato diferencial» en aspectos como tipo de cambio o sobre remesas de utilidades, aunque sí la «certidumbre en materia de inversiones y algunas preocupaciones con el repago de deudas e intereses».
«Este anuncio de inversión es el más importante del Siglo XXI en Argentina, lo tomamos con mucha responsabilidad y orgullo», subrayó Kulfas porque «se trata de una inversión que funda una nueva industria, la del hidrógeno verde, que está creciendo a nivel internacional», y además remarcó que es «una fuente de energía que ya se empieza a utilizar en la movilidad».
Pichot, a su turno, aclaró que se utilizará «agua de mar desalinizada» y subrayó que se trata de «uno de los cinco proyectos más importantes de la compañía».
El proyecto se desarrollará en los alrededores de la ciudad rionegrina de Sierra Grande, que cuenta con antecedentes en la producción de mineral de hierro.
La prospección que inició la empresa se basa en analizar cantidad y calidad de vientos, fuente energética principal para la producción, y comenzó a partir de un acuerdo firmado junto al Ministerio de Desarrollo Productivo y la Nación y el Gobierno de la Provincia de Río Negro.
Una vez determinado que el recurso eólico y otros son satisfactorios, empezarán las consultas públicas y trámites para la construcción del proyecto, el cual tendrá varias etapas.
La etapa piloto, para confirmar las capacidades previstas, con una inversión estimada en 1.200 millones de dólares, que producirá unas 35 mil toneladas de hidrógeno verde, energía equivalente para satisfacer a 250 mil hogares, la cual se iniciará en 2022 y finalizará en 2024.
La primera etapa productiva, con una inversión estimada en 7.200 millones de dólares, producirá unas 215 mil toneladas de hidrógeno verde, capacidad energética equivalente para cubrir el consumo eléctrico de 1 millón 600 mil hogares, y se extenderá hasta el año 2028.
El hidrógeno verde es considerado «el combustible del futuro» y es generado mediante electrólisis a partir de energías renovables como la solar y la eólica, en las que Argentina tiene un gran potencial para desarrollar proveedores competitivos y crear nuevos empleos.